Los resultados de ADOPT (Estudio de Resultado en la Progresión de la Diabetes, por sus siglas en inglés) demostraron que el tratamiento inicial con rosiglitazona maleato redujo el riesgo de fracaso de la monoterapia en personas con diabetes tipo 2 en un 32 % comparado con metformina (p140 mg/dl 1,6,7. El control a largo plazo de los niveles de glucosa en sangre, medido por un valor de Hemoglobina glicosilada (HbA1c) 7.0 %, fue mantenido por más largo tiempo con rosiglitazona – 60 meses versus 45 meses con metformina y 33 meses con glibenclamida.
“Con ADOPT, ahora contamos con evidencia clara, a través de un importante estudio internacional, que el uso inicial de rosiglitazona es más efectivo que las terapias estándar para la diabetes tipo 2 para mantener el nivel de azúcar en sangre”, dijo Lawson Macartney, Vicepresidente Senior, del centro de desarrollo cardiovascular y de medicina metabólica de GlaxoSmithKline. “ADOPT se suma al amplio cuerpo de evidencia publicada durante este año, apoyando el fundamento de incorporar rosiglitazona como la base para el tratamiento de la diabetes tipo 2, a través del poder demostrar beneficios en los pacientes en términos de control de la glucemia a largo plazo”.
En ADOPT, rosiglitazona resultó generalmente bien tolerada entre la gran cohorte de personas con diabetes tipo 2, quienes fueron monitoreadas por un período hasta seis años. No hubo diferencia significativa entre los grupos de rosiglitazona y metformina en tasa de discontinuación del tratamiento, pero el índice fue mayor para el grupo con glibenclamida (44 % en el grupo glibenclamida; 38 % en el grupo con metformina; 37 % en el grupo con rosiglitazona). Esta diferencia se produjo debido a un número elevado de personas en el grupo de glibenclamida que presentaron hipoglucemia y se tuvieron que retirar del estudio.1
El número de casos de insuficiencia cardíaca (reportados como eventos adversos serios) fue similar entre rosiglitazona (0.8 %) y metformina (0.8 %); sin embargo, las personas que recibieron glibenclamida presentaron una baja incidencia de estos eventos (0.2 %). Luego de los cinco años que duró el estudio, los eventos adversos más comúnmente reportados en los grupos en tratamiento fueron edema (rosiglitazona 14.1 %; glibenclamida 8.5 %; metformina 7.2%); aumento de peso (rosiglitazona 6.9%; glibenclamida 3.3%; metformina 1.2%); efectos gastrointestinales (metformina 38.3% ; rosiglitazona 23.0 %; glibenclamida 21.9 %); e hipoglucemia (glibenclamida 38.7%; metformina 11.6 %; rosiglitazona 9.8%).
Recientes análisis adicionales demostraron un bajo índice de fracturas reportadas como eventos adversos en mujeres que tomaron glibenclamida o metformina versus rosiglitazona (glibenclamida 3.5 %; metformina 5.1%; rosiglitazona 9.3 %), más comúnmente involucrando fracturas de pie y huesos de los miembros superiores. No se observó diferencia, entre los grupos tratados en hombres, en el número de las fracturas reportadas. Estos índices de fracturas observadas aparecen dentro del rango reportado en una revisión de estudios observacionales en mujeres con diabetes, y en el análisis de una amplia base de datos. Esta evidencia sugiere que mujeres de mayor edad con diabetes tipo 2 tienen un mayor riesgo de padecer fracturas.