Luego de la inauguración del primer “Siestario” en Argentina, los profesionales del Centro de Estudios Especializado en Trastornos de Ansiedad (CEETA), explican en qué casos no es recomendable la utilización de este novedoso servicio.
Los Siestarios ofrecen a los clientes la posibilidad de dormir una siesta de 20 a 45 minutos, después del mediodía, para descansar de las obligaciones de la jornada laboral. Este servicio apunta a un público de un alto nivel adquisitivo, ya que sus precios no son accesibles para el común de las personas.
Según la Lic. Gabriela Martínez Castro, directora del CEETA, muchas de las personas del público al que apuntan los Siestarios sufren algún tipo de trastorno de ansiedad debido a las exigencias de sus trabajos.
"Por lo general, muchas de estas personas sufren algún trastorno de ansiedad o tienen tendencia a ser ansiosos y por más que puedan afrontar el gasto, no lograrán dormir y descansar aunque cuenten con el apoyo de un coach o ejercicios, como se realiza en este tipo de prácticas”, explica la especialista.
“Los Siestarios no están indicados para este tipo de personas ya que éstas suelen preocuparse demasiado y no logran, en general, controlar sus inquietudes. Por más ayuda que tengan no lograrán conciliar el sueño en mitad de una jornada laboral. A algunas de ellas les cuesta conciliarlo durante la noche, por lo que es menos probable que puedan hacerlo en medio de la jornada de trabajo”, explica Martínez Castro.
En quiénes están contraindicados para los Siestarios
Las personas con ataques de pánico se caracterizan por la aparición temporal, súbita o aislada de miedo, horror o malestar intenso acompañado de síntomas físicos que inician bruscamente y alcanzan su intensidad a los diez minutos de haber comenzado.
“En ellas no se recomendable la utilización de Siestarios ya que en lugar de poder relajarse, estarían pendientes de tener síntomas corporales y padecer una crisis. Además, podrían tener temor a estar en un lugar muy cerrado con poca iluminación lo que les provocaría aún más ansiedad”, aclara la directora del CEETA.
Por otro lado, los trastornos por ansiedad generalizada se caracterizan por preocupación y altos niveles de ansiedad, que se centran en acontecimientos de la vida cotidiana. La persona que lo padecen no logran controlar la preocupación ni jerarquizarla, es decir que se preocupa al mismo nivel por todo tipo de eventos.
En este caso, según la especialista, es muy probable que quien padece ansiedad generalizada y asista a un Siestario no logre desconectarse y dejar de pensar en el trabajo. Además, puede considerar que dormir la siesta y hacer un corte en el medio de la jornada laboral, es una perdida de tiempo.
Los pacientes con estrés postraumático, es decir, aquellos que sufren síntomas que siguen a la exposición de un acontecimiento donde corrió peligro su integridad psicofísica o ha vivido un suceso muy traumático; es muy común que no logren descansar ya que suelen tener pesadillas recordando el episodio traumático que han vivido.
Por último, otra de las personas en las cuales no está recomendado el uso de Siestarios, son las que padecen de Fobia o Ansiedad Social. Ésta consiste en el temor acusado y persistente por una o más situaciones sociales o actuaciones en público en las que el individuo se ve expuesto a la posible evolución negativa por parte de los demás.
“A estas personas les daría vergüenza estar con una constante observación del coach ya que se sentiría observado y no podría conciliar el sueño. Además, al tratarse de una práctica poco común sería normal que la persona que padece fobia social sienta vergüenza de asistir a algo tan novedoso”, agrega.
Para concluir, Martínez Castro explica que, en quienes sufren cualquiera de estos trastornos de ansiedad o tengan predisposición a ser ansiosos o nerviosos no está recomendado el uso de los Siestarios. No sólo porque no lograrían relajarse, sino porque además, por determinadas características de esta novedosa práctica, el esforzarse por relajarse y dormir aumentaría la tensión de estas personas.