Por Laura Szafirstein (*)
Nuestro organismo produce lo que necesitamos para estar en equilibrio y en este concepto radica el éxito de la aplicación del Plasma Rico en Plaquetas (PRP), una técnica que se utiliza hace ya una década en diferentes áreas de la medicina (se lo usa, por ejemplo, para regenerar hueso antes de un implante dentario, reparar la articulación de rodilla, cicatrizar heridas profundas, curar escaras y resolver alopecia). Ahora, está revolucionando la dermatología estética.
¿Qué es el Plasma Rico en Plaquetas? Es una técnica que forma parte de la medicina biológica (Medicina Orthomolecular). Las plaquetas son las células con mayor proporción de factores de crecimiento y por eso al inyectarlas en algún tejido del organismo comienzan a generar ese mismo tejido. Para producir el PRP se le extrae sangre al paciente y se la centrifuga para separar así las plaquetas. Estas luego se reinsertan enriquecidas con citrato cálcico, en el área a tratar, a través de mesoterapia. Su efecto puede verse a los pocos minutos, pues apenas entra al organismo libera una gran cantidad de los mencionados factores de crecimiento que regeneran y reorganizan los tejidos dañados.
La sangre que se extrae (apenas un poco más que para un hemograma de rutina) alcanza para tratar el rostro, el cuello y el dorso de las manos y los brazos. Además, el plasma que resta de la centrifugación -llamado plasma pobre- se utiliza emulsionado luego de la mesoterapia pues tiene propiedades anti-inflamatorias.
Luego de aplicar el plasma rico en plaquetas la piel luce más luminosa, más tersa y con una tonalidad radiante. Su efecto rejuvenecedor no termina allí, también ayuda a disminuir las arrugas finas y las líneas de expresión y se retraen las zonas que poseen flacidez. Su acción es profunda y sus resultados duraderos (llega a la máxima expresión a los 20 a 30 días y se sostiene así durante meses) pues regenera progresivamente el colágeno. No es un tratamiento de relleno, si no un restitutivo cutáneo.
Es un procedimiento considerado natural, indoloro, sin contraindicaciones y no tiene reacciones adversas. Además es indoloro y no invasivo (tal como lo prefiere el 83% de las personas, según datos aportados por la American Society of Aesthetics Sugery). Este preparado autólogo puede ser usado tanto para prevenir el envejecimiento como para combatirlo. Por todo esto, actualmente, este procedimiento es lo más novedoso en dermatología cosmética.
Medicina biológica (Medicina Orthomolecular)
La medicina está marcando un nuevo camino para acompañar el envejecimiento. Una buena calidad de vida permite que seamos más longevos, sin perder bienestar tanto en los temas de salud como en los de estética. Hoy el concepto ha cambiado: debemos trabajar en salud y no esperar a que aparezcan los síntomas de la enfermedad.
Es allí donde aparece la medicina biológica (Orthomolecular), en ese espacio donde todavía no se desarrolló la enfermedad y todavía hay tiempo para trabajar sobre ese factor que puede modificarse. Ahora podemos adelantarnos a eso, pues esta rama de la medicina nos da un registro y determinación de cómo estamos nosotros y nuestro cuerpo. En este contexto las medicinas complementarias nos ofrecen procesos que nos dejan ver dónde se va a asentar la enfermedad y trabajar antes de que surja el síntoma.
Como toda situación de cambio debemos ir incursionando en las cosas que han cambiado, llevar una vida acompañada por los nuevos recursos y aprender a ponerlos en práctica con uno mismo.
(*) médica dermatóloga, especialista en dermatología clínica y estética. Miembro de la Sociedad Argentina de Dermatologia y de la Academia americana de Dermatologia.