La Endocrinología se encarga del estudio de las glándulas de secreción interna. Las glándulas endocrinas producen hormonas que se incorporan al organismo a través del sistema circulatorio y regulan todos los procesos metabólicos del organismo.
Lara Miechi, del Departamento de Endocrinología de Halitus Instituto Médico, manifestó que "un desequilibrio en este sistema además, desencadena diversos desbalances en los demás sistemas relacionados: la psiquis, el sistema neurológico y el sistema inmunológico. Qué es lo importante y qué puede hacerse".
La especialista afirmó que para lograr un embarazo "se deben dar varios factores, tanto de la mujer como del hombre". Uno de los factores es el endocrino. Diversas alteraciones endócrinas pueden interferir en el alcance de un embarazo, por ejemplo, la función de la tiroides, cambios en el peso, elevación de prolactina y alteraciones del ciclo menstrual. La anovulación crónica, por ejemplo, tiene una incidencia de aproximadamente el 25 al 30% y el factor masculino solo o asociado entre el 35 al 40%.
“Las hormonas que requieren especial atención a la hora del desarrollo de un embarazo, es la tiroides y la insulina-glucemia- porque pueden alterar el crecimiento y desarrollo del bebé. Además, si bien no requiere control durante el embarazo, la prolactina juega un rol fundamental a posteriori al momento de la lactancia”, expresó Miechi.
La glucemia
La glucemia es el azúcar en sangre y durante el embarazo, se realizan controles de rutina para evaluar el riesgo de Diabetes. “Toda mujer con factores de riesgo debe buscar el diagnóstico de diabetes gestacional durante el embarazo. Este tipo de diabetes aparece luego de la semana 20, es por eso que debe estudiarse en ese momento la glucemia en ayunas. Si este estudio da valores normales debe llevarse a cabo la prueba de tolerancia oral a la glucosa entre la semana 24 y la semana 28 y si este estudio da normal y la mujer no presenta factores de riesgo, puede descartarse la presencia de diabetes gestacional”, señaló la endocrinóloga.
Ahora bien, si el estudio muestra un resultado patológico o si da normal pero la mujer presenta factores de riesgo, debe repetirse entre la semana 31 y la semana 33 del embarazo. Si la mujer presenta diabetes gestacional debe recibir el tratamiento adecuado. Este tratamiento incluye un automonitoreo de los niveles de glucosa, si los valores son correctos sólo requerirá de una dieta rigurosa, si los valores están alterados deberá recurrirse a la insulina.
Es importante destacar que el 30% de las mujeres con diabetes gestacional requiere de insulina durante la gestación. Luego, la mayor parte de estas mujeres vuelven a presentar valores normales y no padecen de diabetes, sin embargo, poseen un 40% de probabilidades de volver a desarrollarla en un nuevo embarazo.
La endocrinóloga, sostiene “Las mujeres que están bajo tratamiento por diabetes y deciden buscar un embarazo deben saber que es muy importante la programación del embarazo porque para el momento en que una mujer diabética descubre que está embarazada -cuando le faltó la menstruación- ya lleva 20 o 25 días de embarazo y en esos días ya empezó la génesis del embrión. Los valores glucémicos elevados pueden provocar malformaciones del bebé (15%). Si está controlada, la mujer puede quedar embarazada porque no implica riesgo para el bebé, de esta forma, la posibilidad de malformaciones de reduce hasta un 1% y la mortalidad fetal a alrededor de un 2%”.
La prolactina
La prolactina es una hormona que se produce en la hipófisis.Puede elevarse por diversas causas y de ese modo interferir con el eje reproductivo y alterar la función ovárica.
Según Miechi, “de tener valores elevados se puede manifestar con alteración en el ciclo menstrual y galactorrea (secreción inapropiada de sustancias similares a la leche). Para lograr un embarazo es importante su buen funcionamiento. Durante el embarazo los valores de prolactina se elevan por los cambios hormonales que se producen durante los nueve meses y luego del parto, persisten elevados por el estímulo de la lactancia ya que tienen un rol fundamental en la producción de la leche”.
La tiroides
La tiroides es una glándula endocrina cuyo funcionamiento es importante fundamentalmente durante el primer trimestre del embarazo porque en ese período la madre le traspasa las hormonas tiroideas al bebé para su desarrollo y crecimiento.
“Es por ello que es indispensable el control de la función tiroidea antes, durante y después del embarazo. Para aquellas mujeres que ya presentan hipotiroidismo, que es cuando hay poca hormona tiroidea, es importante continuar con el tratamiento y realizar control de la dosis de la medicación durante los nueve meses y en el postparto. También puede producirse una leve alteración de la función tiroidea -el hipotiroidismo subclínico- que es importante diagnosticar y tratar en el embarazo dado que es una entidad bastante frecuente que puede ser causa de abortos recurrentes más que de esterilidad”, explica Miechi.
El hipertiroidismo sucede cuando existe una alta producción de hormonas tiroideas, también suelen presentarse alteraciones del ciclo menstrual y riesgo de pérdida de embarazo, por eso se recomienda primero tratar el hipertiroidismo y después buscar el embarazo. “De quedar embarazada, los controles son mensuales y con el endocrinólogo. El tratamiento ideal para el embarazo no se encuentra en el país pero contamos con una medicación que se puede continuar dándola a dosis mínimas. Es fundamental también controlar bien al bebé, porque los anticuerpos que producen el hipertiroidismo en la madre suelen atravesar la placenta y provocar un estado similar en el bebé -con retardo en el crecimiento intrauterino y manifestaciones cardiovasculares”, menciona la médica.
Y continúa: “La mujer también puede presentarse con patología tiroidea con presencia de anticuerpos positivos y función tiroidea normal y no requerir tratamiento pero si controles durante el embarazo y en el posparto. O con bocio, aumento del tamaño de la tiroidea, sin compromiso de la función ni la fertilidad pero que también debe controlarse. El bocio e incluso el hipotiroidismo pueden producirse si hay déficit de Yodo. El Yodo también tiene un rol importante en el funcionamiento de la tiroides. Sus necesidades se incrementan en el embarazo para el mantenimiento de la producción de las hormonas tiroideas, tanto por la necesidad de transferir Yodo al feto para la producción fetal de hormonas tiroideas como porque hay mayor pérdida renal. Para evitar el déficit se ha yodado la sal y además el yodo está presente en varios alimentos, verduras, legumbres, leche, huevo, frutos, pescados, etc. y con su ingesta puede lograrse el equilibrio de esa sustancia en el cuerpo”, dice Miechi.
Y por ultimo, también es importante mencionar el cáncer de tiroides. “Las pacientes que tienen diagnóstico previo y han realizado tratamiento con Yodo radioactivo no deben embarazarse por 6 a 12 meses. Y a las pacientes diagnosticadas durante el embarazo se les realiza el tratamiento quirúrgico durante el segundo trimestre o se aguarda hasta el post parto, evaluando siempre riesgo y beneficios”, argumenta la endocrinóloga.
Así, los controles durante el embarazo en general deben realizarse cada dos meses y durante el postparto a los 45 días. Y es indispensable consultar con el especialista al conocer la noticia del embarazo y el trabajo multidisciplinario.