El mundo contemporáneo, con sus cambios socioculturales vertiginosos y el nuevo lugar que ocupa la mujer, plantea desafíos para el área de la medicina que se encarga de su cuidado. La medicina, los médicos y la sociedad deberíamos proponernos una real vuelta al pensamiento del gran maestro griego Hipócrates para así recuperar un enfoque integral de los aspectos que tienen que ver con la salud de las personas y, en particular, sobre la salud reproductiva de la mujer.
Manuel Nölting, presidente de la Sociedad Argentina de Endocrinología Ginecológica y Reproductiva (SAEGRE) explicó que son diferentes los factores que inciden en la posibilidad de lograr el embarazo; "muchos de ellos son prevenibles por medio de cambios en las conductas y los hábitos higiénico-dietéticos de las personas, es decir, mediante los aspectos preventivos de la medicina, tomando conciencia tanto el hombre como la mujer, de muchos aspectos que pueden interferir en la salud reproductiva".
Entre ellos, el médico destacó:
1) Adicciones: El tabaquismo, el alcoholismo y el consumo de drogas ilegales tiene un impacto negativo en la salud reproductiva de la mujer, ya sea para lograr el embarazo o para poder lograr un embarazo hasta su término. Según la OMS (Organización Mundial de la Salud ) un tercio de las mujeres del mundo en edad de concebir es fumadora y el consumo de tabaco deteriora la función reproductiva ocasionando trastornos en la calidad de los óvulos, embriones y en la implantación, así como en el buen desarrollo fetal. Las mujeres no fumadoras tienen un 50% más de posibilidades de lograr el embarazo. En el caso de los hombres, el tabaco puede disminuir notablemente su calidad espermática.
2) Alimentación: Una dieta equilibrada y variada es otro de los factores importantes a tener en cuenta. Una dieta pobre en determinados nutrientes puede influir negativamente en la fertilidad, tanto en los hombres como en mujeres. Asimismo, los aumentos o descensos de peso desmedido y abrupto producen alteraciones en la regulación del ciclo menstrual, llegando en ocasiones a situaciones extremas como la anorexia y la bulimia nerviosa. Además, en el caso de la obesidad puede llevar a un cuadro de infertilidad, por alteración del equilibrio hormonal, que conlleva a una falta de ovulación, característico en las pacientes con sobrepeso. En estos casos es fundamental consultar con un especialista en nutrición y en reproducción humana para un correcto asesoramiento.
3) Stress: Un 15 % de las parejas que consultan por infertilidad no tienen una causa aparente que pueda explicar el problema. Según la Sociedad Americana de Medicina Reproductiva, los altos niveles de estrés pueden cambiar los niveles hormonales en las mujeres, causando ovulación irregular o anovulación y espasmos en las trompas de Falopio, alterando el pasaje del huevo por las mismas, es decir, la fertilidad femenina. En el caso de los hombres, puede suceder que se altere la cantidad y calidad espermática.
4) Maternidad tardía: Hoy en día, por diferentes razones socioculturales, observamos cómo se incrementa el número de mujeres que postergan la maternidad más allá de los 35 años. Esta conducta, si bien es entendible en ocasiones, no deja de ser preocupante para los resultados de la fertilidad. Sabemos que la edad de mayor aptitud reproductiva es la década de los 20 años. A partir de mediados de los 30 años en adelante existe un incremento significativo de cuadros de esterilidad, aumento del número de abortos espontáneos y del número de complicaciones en el embarazo y parto tanto para la madre como para su hijo. Si bien los avances de la ciencia en este campo brindan a las parejas técnicas de fertilización asistida y/o preservación de la fertilidad, sin dudas no hay que desconocer que los mejores resultados se observan en edades tempranas de la vida reproductiva y aquellos logrados naturalmente.
5) Infecciones ginecológicas: Existen numerosos cuadros infecciosos que pueden afectar la salud reproductiva de diferentes maneras: alterando el estado general de la madre interfiriendo con el correcto desarrollo fetal, ocasionando daños irreversibles de los genitales internos- trompas de fallopio, útero, con o sin compromiso de la pelvis (adherencias)- ; o bien afectando directamente la gónada femenina. Por mencionar algunas de ellas: hepatitis, sífilis, gonorrea, HIV, clamidia, tuberculosis genital, etc. En el caso de los hombres pueden afectarse los conductos del eyaculado o bien directamente el testículo como por ejemplo en algunos cuadros de parotiditis, etc.
6) Contaminación ambiental: El tema de contaminantes y poluentes ambientales en muchos casos no son muy claros y en ocasiones controvertidos. Estos cuadros pueden estar relacionados con un incremento de abortos espontáneos, o esterilidad por daño gonadal, ya sea del ovario o testículo. El tóxico más estudiado es el humo del cigarrillo con un efecto nocivo sobre el ovario y el correcto desarrollo fetal, adelantando además la edad de la menopausia en las mujeres fumadoras. Metales pesados, solventes, pesticidas, químicos industriales, etc. son algunas de las sustancias que se relacionan con alteraciones de la salud reproductiva.