Tomar de seis a siete aspirinas por semana redujo en un 43 por ciento el riesgo de metástasis y en un 64 por ciento el riesgo de muerte. La mayoría de las mujeres tomaban dosis bajas de aspirina para prevenir ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.
Por tal motivo, investigadores estadounidenses concluyeron que las sobrevivientes del cáncer de mama que toman aspirina de forma regular podrían ser menos propensas a morir o a tener una recaída de la enfermedad.
Un estudio entre más de 4.000 enfermeras mostró que aquellas que tomaban aspirina -que a menudo es recetada para prevenir un ataque cardíaco- tenían un 50 por ciento menos riesgo de morir de cáncer de mama y de que el tumor se expandiera.
"Este es el primer estudio que halló que la aspirina puede reducir significativamente el riesgo de propagación del cáncer y de muerte en las mujeres que fueron tratadas en una etapa temprana del cáncer mamario", dijo la doctora Michelle Holmes, de la Escuela de Medicina de Harvard, quien lideró el estudio publicado en Journal of Clinical Oncology.
"Si estos resultados se confirman en otros ensayos clínicos, tomar aspirina podría ser otra herramienta simple, de bajo costo y relativamente segura para que las mujeres con cáncer de pecho vivan más tiempo y tengan vidas más saludables", agregó Holmes en un comunicado.
Holmes y su equipo examinaron a 4,164 enfermeras registradas que participaron del estudio Nurses' Health, que abarca una gran variedad de cuestiones relacionadas a la salud.
El trabajo comenzó en 1976 y analizó a quienes tomaban aspirina, examinando el cáncer de mama y todas las causas de muerte hasta el 2006. Durante este tiempo, 341 enfermeras murieron de cáncer de pecho.
Las mujeres que tomaron aspirina de dos a cinco días por semana tuvieron un riesgo un 60 por ciento menor de que su tumor se expandiera y un 71 por ciento menor de morir. Otros fármacos de la misma clase que la aspirina también ayudaron a reducir los riesgos. Estos medicamentos, llamados antiinflamatorios no esteroides, o AINES, incluyen al ibuprofeno, el naproxeno, pero no al acetaminofeno, también conocido como paracetamol.
Sin embargo, no hubo suficientes datos sobre estos fármacos como para obtener una respuesta clara. Los investigadores dijeron que no están seguros de cómo la aspirina y otros AINES pueden afectar a los tumores, pero podría ser bajando la inflamación. Otros estudios demostraron que la aspirina y el ibuprofeno pueden reducir el riesgo de cáncer de colon, por ejemplo.
La aspirina tiene efectos adversos relativamente benignos en comparación con los fármacos quimioterapéuticos para el cáncer y también podría prevenir la enfermedad cardiovascular y el ACV.
El equipo de Holmes enfatizó que los pacientes no deberían tomar aspirina mientras se someten a radiación o quimioterapia debido al riesgo de que aparezcan efectos secundarios.