(*) FUENTE: Blog www.sergiopasqualini.com.ar
Mientras que disfrutamos del sol del verano una creciente y persistente ola de calor puede significar un riesgo real para la salud de la embarazada y su bebé.
El Servicio Meteorológico Nacional lanzó recientemente una alerta al respecto de las altas temperaturas que en la actualidad soportan diversas regiones de la Argentina. El organismo prevé que la ola de calor se extenderá y alerta sobre los riesgos de la salud en general. En vistas a esta situación el Ministerio de Salud puso a disposición del público medidas preventivas para paliar la situación tomando especial atención en personas mayores de 65 años, niños y quienes padecen enfermedades crónicas específicas.
Sin embargo, las mujeres embarazadas deben también tomar especial cuidado respecto a estas altas temperaturas ya que la “intolerancia al calor” es un síntoma habitual del embarazo. A lo largo de los nueve meses de gestación la temperatura corporal es, de por sí, un poco más alta que la normal, con lo cual, el calor agregado del ambiente puede tener mayor impacto en este grupo de personas.
Una sensación térmica elevada debe observarse con cautela en particular durante el primer trimestre del embarazo. Un estudio publicado por el British Journal of Obstetrics and Gynecology del 2005 concluyó que la exposición a altas temperaturas está relacionada con nacimientos de peso levemente reducido. Las temperaturas excesivas causan que el cuerpo materno reacciones contrayendo los vasos sanguíneos como método de enfriamiento reduciendo la cantidad de nutrientes que pasan hacia el feto.
Al mismo tiempo, aquellas mujeres en las últimas semanas de embarazo deben también tomar cuidado para evitar partos prematuros y otras complicaciones. Estos no son motivos para entrar en pánico, pero sí para tomar medidas para protegerse a sí mismas y al bebé por nacer.
Los síntomas de un “golpe de calor” a los que se debe esta atento son:
· temperatura corporal elevada (más de 39.5 C);
· piel enrojecida, seca y con alta temperatura;
· pulso rápido e intenso;
· dolor de cabeza pulsante;
· mareos y vértigo;
· nauseas y vómitos;
· inconsciencia.
¿Cuál es la mejor forma de evitar problemas?
Mantenerse hidratada es básico, sin embargo, el consumo exagerado de agua puede ser tan nocivo como su falta ya que beber agua en exceso puede llevar al cuadro conocido como “intoxicación por agua”. Por más extraño que suene, la sobre hidratación con agua conduce a un desequilibrio de los electrolitos quedando el organismo expuesto a condiciones de baja concentración de sodio. El cuadro además incluye cansancio muscular, calambres y en los casos más severos, pérdida del conocimiento.
Un consumo razonable de líquidos es de 1,5 a 3 litros diarios dependiendo de la masa corporal, como regla general, por cada kilo de peso corporal se requieren 31.5 ml de agua, aumentando levemente su consumo con el aumento de las temperaturas (medio litro diario más sería suficiente). Buenas alternativas al agua son los jugos cítricos, la leche y las bebidas deportivas, en particular para aquellas mujeres que transpiran bastante. Por supuesto, evitar el consumo de alcohol – aunque para la embarazada esto debería ser rutina independientemente del clima- ya que este produce el efecto contrario, es decir, deshidrata en lugar de hidratar.
Modificar o acomodar la dieta es otro buen consejo. Se recomienda evitar las comidas pesadas ricas en grasas e hidratos de carbono y dar preferencia a los platos fríos, en particular ensaladas y frutas. Al contrario de lo que dicta el saber popular, el consumo extra de sal no es necesario ya que en general, el consumo de sal en nuestra dieta es elevado de por sí.
Evitar la exposición solar, buscar áreas frescas y de sombra. Utilizar ventilador y aire acondicionado y evitar los lugares poco ventilados. Evitar el permanecer en autos estacionados. Si no hay alternativa, como por ejemplo tener que viajar en subterráneo, es aconsejable llevar una botella con agua para hidratación. Durante condiciones de calor extremo buscar refugio en locales con aire acondicionado como cines y shoppings.
De encontrarse disfrutando de sus vacaciones, permanecer al sol por períodos cortos y fuera de los horarios de mayor incidencia (11 de la mañana hasta 3 de la tarde), el uso de protector solar a partir de factor 15 es primordial. Todo protector debe ser aplicado por lo menos 15 minutos antes de la exposición y reaplicado con cada baño.
Siguiendo estos consejos básicos y el sentido común, la embarazada podrá muy fácilmente ignorar las alertas de altas temperaturas y disfrutar de esa etapa tan particular en la vida de una mujer.