Los avances logrados en las últimas décadas por la medicina moderna occidental, en lo que respecta a la infertilidad, permitieron obtener mejores y más rápidos resultados. Sin embargo, Claudia Azar, responsable del Programa de Entrenamiento Especial para el tratamiento de la Infertilidad de Halitus Instituto Médico, destacó que "existen aún espacios de incógnitas y algunos temas sin resolver".
Por ejemplo la “esterilidad sin causa aparente”, es decir, aquellos casos de infertilidad en los que no existe causa médica para no lograr el embarazo, pero aún así, no se alcanza la gestación. Estos casos abarcan alrededor del 15% de los pacientes que consultan por esta patología.
"A las condiciones médicas de la infertilidad se deben sumar conductas sociales nuevas que aumentan su incidencia. Abuso de drogas, alcohol y cigarrillo y su combinación con dietas poco equilibradas o exceso de trabajo y estrés son causas frecuentes. La postergación de la maternidad, es también una práctica actual. Este aplazamiento social genera patología en un momento del ciclo de vida reproductivo de la mujer en donde, en realidad, es natural que no se pueda concebir", explicó Azar.
En estos casos, añadió, muchas parejas pueden acudir al auxilio de las terapias más antiguas conocidas por el mundo oriental. "La medicina tradicional china posee un enfoque particular respecto de la salud y bienestar general que se remonta a por lo menos 2.000 años. Su peculiar visión trata a la infertilidad a través de un reequilibrio y reeducación de todo el organismo. Es decir, se evalúa al paciente como un todo: su constitución física, su edad, la disposición emocional a las fortalezas y debilidades fisiológicas. Con esta información intentará que el organismo ingrese en un ciclo de autorecuperación", dijo.
"A diferencia de la medicina occidental, estos tratamientos tienen como gran punto a favor su bajo potencial de efectos secundarios. Así tiene sentido recurrir a estas terapias con el fin de potenciar los resultados que ofrece la medicina moderna", señaló la especialista.
Según destacó, el fundamento teórico de la medicina china es la energía. "Un organismo viviente es simplemente energía que ha tomado forma. A modo de simplificación, los chinos denominan a esta energía natural “Qi”. La infertilidad se vincula con deficiencias que se derivan de por lo menos uno de los tres sistemas de órganos: riñones, hígado y bazo".
"Lo primero a tener en cuenta será el qi del riñón o la energía vital. Luego se tendrá en cuenta el hígado, una deficiencia hepática en la mujer se manifiesta como la incapacidad para liberar un ovocito y, en el varón, como producción insuficiente de espermatozoides. Los estados mentales como la depresión o el estrés pueden influir negativamente sobre el sistema hepático. Finalmente, examina la situación del bazo para determinar obstrucciones o deficiencias en el qi. Problemas con el qi a este nivel pueden resultar en problemas de implantación o incapacidad de mantener el embrión recién formado en el útero, explicando abortos tempranos y recurrentes", puntualizó.
Tal como en la medicina moderna occidental, continuó, la medicina china tiene como práctica examinar en profundidad la salud general del paciente, pero en este caso para determinar dónde reside el “desequilibrio”.
"El diagnóstico del pulso permite distinguir el exceso o deficiencia de los órganos y nos habla de la naturaleza de la enfermedad. Relaciona fortalezas y debilidades, mostrando un cuadro de la condición general del paciente. Todo tratamiento incluye acupuntura y las terapias a base de hierbas. El sistema reproductivo femenino está asociado con el sistema sanguíneo y por lo tanto se buscan irregularidades relacionadas con la menstruación: períodos irregulares, ausencia temporal o permanente de flujo menstrual, sangrado excesivo y síndrome premenstrual. La acupuntura y terapia herbal se focalizarán en los riñones con la intención de normalizar las irregularidades relativas a la menstruación", indicó.
Azar comento que alcanzada la regularidad en los ciclos menstruales "se mejorará la energía en general, favorecerá la libido y los riñones estarán cumpliendo con su función hormonal eficientemente. Los ovarios funcionarán normalmente y se producirán ovocitos con capacidad de ser fertilizados".
"Según la medicina china el problema de la infertilidad muchas veces se deriva del estancamiento del qi hepático como resultado de situaciones de estrés prolongado, depresión o exceso de trabajo. Hace énfasis sobre el hecho de que se puede entender el qi, o esencia, como conformado por dos partes. Una esencia heredada o predeterminada, como las predisposiciones genéticas a la salud y la enfermedad, y una esencia posterior, determinada por el estilo de vida que elijamos. Nuestra capacidad de tener vidas largas y fértiles dependerá del uso que hagamos de nuestra energía. A veces el estrés o la enfermedad nos obligan a malgastar nuestro abastecimiento energético. Otras veces, voluntariamente anulamos nuestras propias defensas (a través de exceso de trabajo o el abuso de sustancias químicas y drogas) y aceleramos el proceso de envejecimiento, lo que acorta la ventana de la fertilidad", enfatizó.
Por tal motivo, consideró útil recordar que "la infertilidad es, para muchas de las parejas, sólo un reto de carácter temporal".
"Existen muchos niveles y etapas de la fertilidad que pueden mejorar con la acupuntura, hierbas, dieta saludable y el modo de utilizar energías y establecer prioridades. Lograr o retomar el equilibrio que la medicina tradicional china propone, puede ser la respuesta para una nueva vida, y un enfoque alternativo y válido para algunos problemas de infertilidad", concluyó.
En ese contexto, el 22 de febrero se realizará una charla sobre "el rol de la medicina mente-cuerpo en la infertilidad", a cargo de Stella Maris Marusso, autora del libro "EL LABORATORIO DEL ALMA". Hotel Meliá (Reconquista 950), SALÓN TIRSO DE MOLINA.