Las apneas del sueño afectan al 4 por ciento de la población y se caracterizan por la interrupción de la respiración mientras se duerme. El hospital provincial Cetrángolo incorporó un nuevo aparato que permite diagnosticar a los pacientes mientras duermen.
Se estima que más de 500 mil personas sufren apneas del sueño en la provincia de Buenos Aires, una afección que se caracteriza por interrupciones breves en la respiración mientras se duerme y que puede derivar en cuadros hipertensivos, problemas cardiovasculares y cerebrovasculares.
Para lograr el diagnóstico preciso de esta patología, la más frecuente durante el sueño, el hospital provincial Antonio Cetrángolo de Vicente López acaba de incorporar un polisomnógrafo, un aparato de última generación que permite estudiar diferentes
parámetros fisiológicos mientras el paciente duerme en un consultorio del hospital especialmente acondicionado como un dormitorio.
"Se cree que las apneas están subdiagnosticadas, es decir, que muchos de los afectados no saben que las padecen, por lo tanto, sumar esta tecnología a un hospital público permitirá una detección precisa del problema para encarar tratamientos que
ofrezcan una mejor calidad de vida a los pacientes", explicó el ministro de Salud provincial Claudio Zin, y agregó que si bien el Cetrangolo ya efectuaba estudios con un equipo de poligrafía respiratoria, el nuevo aparato brinda un mejor servicio y
posiciona al hospital como un centro de derivación para adultos con trastornos respiratorios de sueño.
Se estima que dormimos el 30 por ciento de nuestras vidas y los especialistas advierten que, si todo ese tiempo de sueño se efectúa en condiciones patológicas, es imposible lograr una vigilia satisfactoria.
"Las apneas alteran no sólo la calidad del sueño sino también la calidad de la vigilia, porque quien la sufre padecerá durante el día cansancio, dolores de cabeza y un mayor riesgo de arritmias cardiacas, hipertensión, infartos y accidentes
cerebrovasculares", detalló Daniela Visentini, neumonóloga del Cetrángolo. Además, al dormir mal, disminuye la capacidad de alerta durante el día, lo que ubica a los afectados en mayor riesgo de sufrir accidentes.
Cuando el paciente tiene apneas obstructivas llega un momento que, mientras está durmiendo, no puede respirar, ronca, se queda sin aire y hace una pausa que, en los adultos, puede extenderse por diez segundos. Esta patología provoca un despertar
por hipoxia, que es la disminución de oxígeno en sangre.
"El paciente intenta que entre aire por nariz o boca, los músculos del abdomen y el tórax hacen fuerza para lograrlo y, en esa secuencia, termina por despertarse", explicó la especialista.
A su vez, cuando la persona deja de respirar se produce una liberación brusca de adrenalina. "Es como una señal de alarma, la persona se despierta y esto trae aparejado un sueño fragmentado e insatisfactorio pero, además, un aumento de la presión arterial durante el sueño que, con el correr del tiempo, puede extenderse
al día y derivar en hipertensión", advirtió Visentini.
Los expertos observan que quienes sufren de apneas del sueño, tienen mayor tendencia a engordar y, a su vez, mayor dificultad para bajar de peso. Por otra parte, una persona que tiene más de cinco apneas del sueño por hora aumenta el riesgo de muerte por eventos cardio o cerebrovasculares.
Cómo se efectúa el estudio Con la adquisición del nuevo polisomnógrafo, el hospital
Cetrángolo puede diagnosticar en forma precisa diferentes trastornos del sueño, entre ellos las apneas.
Para efectuarlo el paciente debe ir a dormir al hospital durante siete horas. Se le asigna una habitación cómoda y silenciosa con un baño y se le colocan diferentes electrodos en la cabeza, la nariz y la boca, además de sensores para medir la
frecuencia cardiaca y la cantidad de oxígeno en sangre.
Mientras, un técnico especializado observa los parámetros en una habitación contigua y observa al paciente en una pantalla de televisión para registrar posturas y eventuales movimientos.
El tratamiento comprende hábitos saludables al dormir y el uso, en los casos más severos, de una suerte de mascarilla nasal llamada CPAP, que permite el ingreso a presión del aire ambiental al organismo.
Higiene del sueño
Para mejorar la calidad del sueño existen hábitos sencillos que ayudan a lograr un descanso más satisfactorio.
Entre ellos figuran:
- Dormir por lo menos siete horas diarias
- Adquirir una rutina horaria para acostarse a dormir
- Dormir en un ambiente confortable y oscuro
- Evitar la ingesta de alcohol, comidas abundantes y tabaco antes
de acostarse
- Mantener un peso adecuado a la talla.
- Acostarse preferentemente de costado.