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Nueva terapia para el cáncer de cabeza y cuello
22 de octubre de 2009
Se presentó recientemente en la Argentina una nueva terapia para el tratamiento del cáncer de cabeza y cuello, que constituye una nueva alternativa para todos aquellos pacientes con este tipo de tumores que han fracasado a tratamientos previos y que no pueden recibir otras terapias.

Se trata de un innovador procedimiento conocido como Terapia Fotodinámica (TFD) con temoporfin (FOSCAN®). Es un procedimiento simple mínimamente invasivo, de bajo riesgo para el paciente y que ya ha sido aprobado por la autoridad regulatoria europea (EMEA) así como por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) para ser aplicado en aquellas personas con diagnóstico de cáncer en cabeza y cuello que debido a su grave condición no pueden ser tratadas con otras terapias.

El cáncer de cabeza y cuello afecta al 4 al 6% de los pacientes oncológicos, entre los que a su vez constituye la quinta causa de muerte. Incluye tumores en lengua, boca, laringe, faringe, glándulas salivales, senos paranasales y otros tejidos de la cabeza y el cuello. Este tipo de tumores son más frecuentes en personas mayores de 50 años y están estrechamente ligados al consumo excesivo de tabaco y alcohol, más aún si son de bebidas blancas, y están combinadas ambas adicciones.

“Los dos principales factores de riesgo del cáncer de cabeza y cuello son el alcohol y el tabaco: el alcohol es malo, fumar es muy malo también pero si además estos dos hábitos van de la mano, el riesgo se multiplica 35 veces”, afirmó el doctor Colin Hopper, médico de amplia y larga experiencia en TFD del University College London Hospitals NHS Foundation Trust, Inglaterra, quien viajó especialmente a la Argentina para transmitir sus conocimientos en el tratamiento de pacientes con estas patologías.

La presentación se realizó en el Instituto de Oncología Angel A. Roffo y estuvo dirigido a los especialistas argentinos y extranjeros invitados, lugar que a partir de ahora se constituirá en un centro de entrenamiento en esta terapia para los especialistas de todo el país y de Latinoamérica. “A veces es difícil explicarles la terapia fotodinámica (TDF por sus iniciales en inglés) a los médicos: entienden a los medicamentos, entienden a las cirugías y entienden a los láseres; pero la idea de poder combinar estas casos todavía es un concepto que a veces resulta difícil de comprender”, aseguró el especialista.

La TDF con temoporfin (FOSCAN®) ha sido aprobada para el tratamiento del carcinoma avanzado de células escamosas en la cabeza y cuello, en quienes hayan fracasado a terapias anteriores y resulten inadecuados para radioterapia, cirugía o quimioterapia sistémica. El carcinoma de células escamosas de la cabeza y cuello es una enfermedad extremadamente agresiva y los pacientes que la sufren en estadíos muy avanzados, como ya han sido tratados con cirugía y radioterapia frecuentemente no tienen más tratamientos disponibles.

El objetivo de la TFD con temoporfin es preservar la funcionalidad del órgano, destruir localmente el tumor, aliviar los síntomas y evitar las complicaciones relacionadas con esta enfermedad. Además de ser un tratamiento paliativo que produce una mejoría importante de la calidad de vida del paciente, este tratamiento puede, según el grado, tipo y localización del tumor, ser potencialmente curativo.

¿Cómo es el procedimiento?
La TFD es un tratamiento mínimamente invasivo que utiliza un medicamento (temoporfin, FOSCAN®) que se activa por una clase de luz específica (láser) para eliminar las células enfermas. Primero se inyecta en la vena del paciente una sustancia sensible a la luz (el temoporfin), que rápidamente recorre el organismo y se va acumulando más en las células cancerosas que en las células normales. A las 96 horas, en un ambiente quirúrgico, se ilumina toda la superficie del tumor con una luz láser de onda específica por medio de una fibra óptica, que en el lugar de tratamiento produce la necrosis y muerte de las células cancerosas, limitando el daño del tejido sano que lo rodea. “Es difícil de creer, pero la TDF no daña a los nervios, lo que nos permite realizar el tratamiento en áreas muy cercanas a ellos”, explicó el especialista.

Los principales beneficios:
• Mínimamente invasivo
• Efectiva destrucción local del tumor
• Preservación del órgano funcional
• Mayor tasa de supervivencia
• Significativa mejora en la calidad de vida del paciente
• Potencialmente curativo en cáncer de cabeza y cuello
• Escasa o nula cicatriz del sitio curado
• Elevado perfil de seguridad
• Alta precisión debido a la doble selectividad: droga y luz
• Ausencia de efectos colaterales sistémicos significativos
• Opción terapéutica que puede repetirse varias veces en el mismo sitio
• Importante aval científico
• Procedimiento con moderado y manejable grado de dolor
• Mecanismo de acción no térmico: no quema otros tejidos
• Fácil de administrar
• Puede complementarse con otros tratamientos
• No hay resistencia a la droga

Efectos adversos:
Todos los pacientes que reciben temoporfin se vuelven sensibles a la luz y deben ser instruidos para que sigan las precauciones que se deben tener con la exposición a la luz solar y a las luces artificiales intensas. Puede verse reacción de fotosensibilidad, dolor (también durante la inyección), hemorragia, infección localizada, anemia, vómitos, ulceración de la boca, dificultad para tragar, estreñimiento, ampollas, quemazón, necrosis de la piel, hiperpigmentación, eritema, fiebre, náuseas, edema, mareo y trismus.