El deseo de ser madre es tan fuerte que cuando el embarazo no se produce en forma natural, el 80% de las mujeres recurre a tratamientos de fertilización asistida.
Irene Dall’ Agnoletta, médica tocoginecóloga, especialista en Medicina Reproductiva y asesora del grupo LAZOS, destacó que si bien la ciencia ofrece técnicas y tratamientos cada vez más sofisticados, las parejas experimentan sentimientos de frustración hasta que logran concretar el deseo de ser padres.
"En el caso de las mujeres, el 90% experimenta trastornos adaptativos crónicos con ansiedad, pero sólo un porcentaje muy bajo recurre al asesoramiento de un profesional", señaló la especialista.
Además, dijo que los estudios psicológicos de parejas infértiles "demuestran que esta situación constituye una amenaza al proyecto de vida de los pacientes, afectando en algunos casos la autoestima y la vida sexual de la pareja. Además pueden producirse cambios a nivel emocional, social, físico, laboral e, incluso, intelectual".
"En los últimos congresos mundiales, la Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología (ESHRE) aconsejó a los centros e institutos que integren psicólogos en los equipos multidisciplinarios para tratar pacientes con problemas de fertilidad porque la contención profesional mejora la respuesta del paciente al tratamiento".
Para la ginecóloga, "otro pilar importante para las parejas son los grupos de autoayuda porque constituyen ámbitos de reunión e identificación que evitan la soledad y el aislamiento".
"En 2005, tres parejas con trastornos en su fertilidad crearon en la ciudad de Zárate un grupo de autoayuda denominado Lazos. Hoy ya son 70 las parejas que se reúnen, comparten sus vivencias y participan en las charlas con nutricionistas, obstétricas, puericultoras y psicólogos. En esos encuentros, los profesionales ofrecen herramientas para que las parejas superen la ansiedad que implica la búsqueda y perseveren en el tratamiento", añadió.
Aún existe cierta desinformación en la población sobre lo que significa la esterilidad y los factores que influyen como la edad materna, el tabaco, el sobrepeso y las enfermedades de transmisión sexual, entre otras.
En una encuesta realizada en el Hospital de Clínicas sobre la percepción pública de la esterilidad y su tratamiento, sólo el 40 % de la población encuestada en el servicio de fertilidad del nosocomio consideraba la esterilidad una enfermedad.
Aunque no se puede afirmar que los conflictos psicológicos o los problemas emocionales produzcan infertilidad, la labor del especialista en medicina reproductiva y del terapeuta será la de prevenir que las emociones negativas sostenidas en el tiempo desencadenen en una depresión u otro trastorno psicológico a fin de contribuir a una mejor respuesta al tratamiento.