Durante los primeros años de vida, la adecuada alimentación de los bebés condiciona un crecimiento y desarrollo sano reforzando a su vez, el sistema inmune de los lactantes. Hay ciertas sustancias que, presentes en la leche materna, favorecen la salud del niño. Se trata de los prebióticos, hidratos de carbono, similares en su mecanismo de acción a los oligosacáridos de la leche materna, capaces de estimular el desarrollo del sistema inmune durante los primeros años de vida.
Presentes de manera natural en la leche materna, o incorporadas en las fórmulas infantiles, los prebióticos modulan el organismo de manera natural, combatiendo infecciones y problemas gastrointestinales. Debido a estos beneficios, su incorporación temprana en la alimentación diaria de los bebés, es fundamental para promover la formación de una microflora saludable.
De visita en la Argentina para informar sobre estos beneficios, Bernd Stahl, investigador y líder del Centro de Investigación de Carbohidratos de Nutricia de Holanda, uno de los más importantes centros de investigación del mundo, presentó las últimas evidencias clínicas en el área de la nutrición, con impacto directo en el sistema inmune.
Durante el simposio “Inmunidad: el impacto de la nutrición”, Stahl brindó información sobre las diferentes maneras en las que un bebé puede incorporar prebióticos a su dieta. Y si bien reforzó el concepto de que la lactancia materna es la mejor forma de alimentación durante los primeros seis meses de vida, en los casos en los que los bebés no pueden ser amamantados, estableció que las fórmulas infantiles con la incorporación de prebióticos constituyen los alimentos que los niños deberían ingerir para tener beneficios en su sistema inmune. Para el especialista, las fórmulas infantiles adicionadas con la exclusiva mezcla de prebióticos desarrollada en el Centro de Investigación de Nutricia se asemejan en su mecanismo de acción a los prebióticos contenidos en la leche materna.
Estas fórmulas adicionadas con prebióticos reducen la incidencia de la diarrea aguda en comparación con las fórmulas que no los contienen. También producen una reducción significativa en la incidencia de las enfermedades respiratorias. Gracias a que ayudan a mejorar el sistema inmune del bebé, los prebióticos también reducen la dermatitis atópica.
Para asegurar los beneficios y eficacia que estas fórmulas infantiles adicionadas con prebióticos poseen, el Centro de Investigación Nutricia ha desarrollado un número significativo de estudios clínicos que avalan el uso de estas sustancias.