Más de cinco millones de mujeres de 15 a 39 años, en todo el país, fueron vacunadas en los últimos dos meses contra la rubéola, en el marco de una campaña nacional que lanzaron las autoridades sanitarias cuya finalización estaba prevista para el 31 de octubre. Como las previsiones oficiales apuntaban a que la campaña, que se inició el 1 de septiembre, finalizara con 7,5 millones de mujeres vacunadas, el Ministerio de Salud resolvió prolongarla un mes más, hasta el 30 de noviembre.
Según publicó la Agencia Universitaria de Noticias y Opinión (AUNO), dependiente de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora, el ministro de Salud de la Nación, Ginés González García, destacó el éxito de la campaña al indicar que, por ejemplo, “las provincias de Río Negro y Tucumán lideran los índices de vacunación contra la rubéola, superando el 90 por ciento de mujeres de 15 a 39 años que ya han sido inmunizadas”.
La campaña –primera que se realiza en adultos en Argentina- lanzada hace dos meses apuntó a “eliminar del país el Síndrome de Rubéola Congénita, una grave enfermedad que afecta a los recién nacidos de mujeres que enferman de rubéola, principalmente durante el primer trimestre del embarazo”.
“El Síndrome de Rubéola Congénita puede provocar aborto, muerte al nacer y múltiples malformaciones como sordera, cataratas, ceguera, defectos congénitos del corazón en los niños que se están formando”, resaltó la cartera sanitaria, que destacó que “la vacunación es el único modo de prevenir, y proporciona protección para toda la vida”.
El Ministerio detalló que en el país existe “un patrón de incidencia cíclico, con picos cada 5 a años aproximadamente, y el mayor registro ocurrió en 1997, superando los 50.000 casos”. En 1998 Argentina incorporó la vacuna Triple Viral (SRP) al Calendario Nacional para los niños de 1 año, con un refuerzo al ingreso escolar.
“Además se han realizado campañas de seguimiento para brindar una segunda oportunidad de inmunización a los niños de 1 a 4 años y evitar que haya susceptibles en esa franja de edad. A partir de dichas acciones, se ha observado un descenso importante de los casos notificados de rubéola, especialmente en la población infantil, grupo destinatario de la vacunación”, destacaron las autoridades.
El informe resaltó que se estima que en un año “epidémico se producen “1050 casos de SRC y en un año no epidémico 105 casos del síndrome”. “Por ello, se espera que en 10 años ocurran 1995 casos de SRC en Argentina. Esta cifra se calcula a partir de estudios de probabilidad de aparición de casos de SRC y considerando que el último brote de rubéola en nuestro país ocurrió en 1998”, se explicó. El organismo explicó también que la decisión de realizar una estrategia acelerada de vacunación, como lo es una campaña nacional, es “reducir el tiempo que toma interrumpir la circulación del virus de la rubéola y eliminar el Síndrome de Rubéola Congénita”.
La rubéola es una enfermedad viral que afecta a niños y adultos, que se caracteriza por la aparición de manchas rosadas que se inician en la cabeza y luego descienden al resto del cuerpo, acompañadas por fiebre y aumento del tamaño de los ganglios, especialmente en el cuello y detrás de las orejas. El virus que causa la rubéola se aloja en la nariz y la garganta. Cuando la persona infectada habla, tose o estornuda lo expulsa al aire. Las personas que se encuentran cerca pueden inhalar el virus y contagiarse al igual que si comparten o tocan objetos contaminados con las secreciones de personas infectadas.
Cuando la rubéola afecta a mujeres embarazadas durante el primer trimestre de la gestación produce alteraciones en el desarrollo ocasionando en el recién nacido graves malformaciones que conforman el Síndrome de Rubéola Congénita (SRC). El SRC afecta al 90% de los recién nacidos de madres infectadas durante el primer trimestre del embarazo. Puede producir aborto, muerte al nacer, sordera, ceguera, malformaciones del corazón, bajo peso o desnutrición, prematurez y retardo mental.
A partir de la semana 16 de gestación, el riesgo de malformaciones disminuye y raramente se manifiesta luego de la semana 20. La discapacidad asociada al SRC genera serios trastornos en la calidad de vida en los niños afectados y sus familias. Además constituye un elevado costo para el sistema de salud, dado que los niños requieren cuidados especiales, cirugías, rehabilitación y educación especial de por vida.