Movistar superó las 2,5 millones de baterías recicladas, en el marco de su Programa de Recolección y Reciclado de Baterías.
Las baterías utilizadas por los teléfonos móviles tienen una vida útil y pueden ser contaminantes si no se es cuidadoso con su destino final. Por ello, la compañía posee este programa desde diciembre de 1999, colaborando así con el cuidado y conservación del medio ambiente.
En ese sentido, los edificios y oficinas comerciales de la empresa cuentan con buzones especialmente diseñados, donde los clientes y no clientes de movistar pueden depositar sus baterías agotadas, que luego son enviadas a un proveedor para su posterior reciclado.
Por otro lado, la compañía también firmó un acuerdo con Silkers, para la gestión social y ambientalmente responsable de distintos tipos de residuos electrónicos. En ese sentido, movistar ya lleva reciclados 285.000 kilos de residuos, distribuidos de la siguiente manera: scrap de equipos y accesorios destruidos 27.000 kilogramos, scrap electrónico de sistemas de información 5.000 kilogramos y scrap electrónico de red 253.000 kilogramos.
De esta manera, Movistar garantiza una solución ecológica para todos los componentes obsoletos relacionados con su negocio, evitando su disposición final en rellenos sanitarios.
Es importante destacar que la empresa es la única operadora de telefonía móvil de la Argentina que cuenta con un programa de reciclaje de estas características.
Cómo es el reciclado de los teléfonos
Una vez que un teléfono móvil cumple su vida útil, se realiza un desmonte manual de sus partes, separando las piezas por tipo de material a reciclar.
Luego, por medio de un complejo proceso metalúrgico, las carcazas, los cargadores, los cables y otros periféricos son triturados y reutilizados por empresas que usan el scrap de plásticos, chatarra de metales y el vidrio como insumos de nuevos procesos industriales.
Por su parte, los circuitos impresos e integrados y los transistores son exportados por Silkers a la firma Arc Metal AB, de Suecia, donde se refinan y recuperan materias primas, como metales preciosos y metales no ferroros.
En el caso de las baterías utilizadas por los teléfonos móviles, el reciclado también comienza con el desarmado de la unidad. Toda la parte plástica se condensa en vapor, se vitrifica, y lo que se obtiene es reutilizado, por ejemplo, en asfalto.
Las partes metálicas -níquel y cadmio- se recuperan a través de un horno de fusión y se obtienen lingotes de cadmio y de níquel ferroso, que se utilizan en las industrias, como por ejemplo la automotriz.