La ordenación de sacerdotes y obispos gays puso a la Iglesia Anglicana al borde de un cisma.
El arzobispo de Canterbury, Ronan Williams, dijo que espera evitar la separación en la confesión que lidera. Intenta, de ese modo, aplacar la crisis interna cada vez más grave.
Líderes de la Iglesia Episcopal -la rama estadounidense del anglicanismo-, dijeron que esperan responder próximamente a las conservadoras críticas que han recibido.