"Dios creó el fútbol un domingo y luego se lo dio al Milan y dijo, ve por el mundo y enséñalo", reza una bufanda del AC Milán, un curioso ejemplo entre los 140 objetos con los que el Museo Catedralicio de Viena quiere demostrar la estrecha relación entre fútbol y religión.
La muestra, titulada "Héroes, Santos y goleadores celestiales" juega con la premisa de que el fútbol ha llegado a ser un trasunto y una forma de religión que los seguidores viven con toda su liturgia y sus reliquias.
La exposición, abierta al público entre el 21 de mayo y el 22 de septiembre muestra, por ejemplo, la existencia de una "iglesia maradoniana" que celebra la "navidad" el 30 de octubre, día del nacimiento del astro argentino y presenta fotos de los altares que aún hoy se ven en Nápoles con fotos y mechones de su pelo.
Snejanka Bauer, directora de la exposición, aseguró durante la presentación de la muestra que el fútbol reproduce los elementos esenciales de la religión y comparó "el amor, las creencias y la esperanza" de los creyentes con la de los aficionados más comprometidos.
En declaraciones a Efe, Bauer indicó que al igual que en la Edad Media la religión era el elemento central en la vida de las personas, el fútbol es hoy en día "un elemento al que agarrarse y obtener seguridad".
"Al igual que los creyentes reencuentran en su parroquia el paraíso perdido, un sentimiento de seguridad y unidad, así celebran los hinchas de fútbol la fe en su equipo", explicó Bauer.
Recordó que la mayoría de miembros de los grupos "ultras" provienen de clase social baja e indicó que, en ese contexto, el fútbol y el equipo son un "consuelo" en una época en la que valores como el hogar y la familia "son cada vez más frágiles".
En la exposición pueden verse ejemplos de reliquias "sagradas", como la pieza de metal que el futbolista del Frankfurt Karl-Heinz Körbel llevó en la pierna tras una grave lesión o la copa que el equipo alemán le ganó al deportivo de La Coruña en 1972 y que, según Bauer, asemeja las custodias religiosas elaboradas en el siglo XV.
Más imágenes curiosas son la de los seguidores del Hannover 96 que, desde la grada, muestran una bandera con un pantócrator, o un cartel de los aficionados del Rapid vienés, en que tres cruces, una con la camiseta del equipo, aparecen sobre el eslogan "Sé inmortal".
El peregrinaje, con los aficionados que se desplazan incluso miles de kilómetros, para ver a sus estrellas está representado en la colección de entradas acumuladas por acérrimos seguidores.
Otros llamativos objetos expuestos son una foto del brasileño Kaká vistiendo una camiseta con el lema "Pertenezco a Jesús" o una imagen de un altar en un templo de Bangkok que representa a David Beckham como una divinidad más.
La sacralización de las estrellas llega al extremo en el caso de Duncan Edwards, la promesa del fútbol inglés que murió junto a toda el plantel del Manchester en un choque aéreo en 1958, y que aparece representado en las vidrieras de la iglesia de su pueblo natal.