El portavoz del Papa, el sacerdote Federico Lombardi, admitió en los últimos días que los médicos detectaron una “leve ronquera” al Papa, lo que llevó preocupación a diferentes ámbitos eclesiásticos.
No obstante, el vocero de Benedicto XVI aclaró que no existen motivos para preocuparse.
Pese a todo, cada vez resulta más habitual ver al octogenario pontífice con un pañuelo, víctima de recurrentes resfríos.
El último fin de semana debió interrumpir una homilía durante su viaje apostólico a Austria a causa de una afonía.