Por Iván Damianovich
Aflora el Episcopado del Bicentenario
7 de noviembre de 2008
La Conferencia Episcopal renovará autoridades en los próximos días y se descuenta que el actual arzobispo porteño, el cardenal Jorge Bergoglio, logrará su reelección al frente del cuerpo.
Se trata de un consenso alcanzado por una mayoría del denominado sector moderado y, a la vez, de un reconocimiento hacia la figura de uno de los hombres más lúcidos que dio la Iglesia en los últimos años.
Al mismo tiempo, la continuidad de Bergoglio dispara especulaciones en varias direcciones. Es de esperar que puertas adentro de la Iglesia mantenga una cercanía pastoral con los fieles tal como lo ha hecho hasta ahora en tanto que hacia fuera su papel será gravitante para un país que retomó el sendero de los tumbos y se adentra en un año electoral.
Sin dudas, para el oficialismo, Bergoglio seguirá siendo objeto de críticas y sospechas. A él suele adjudicársele un rol opositor y hasta conspirativo. Es probable que una renovada tensión entre la Iglesia y el Gobierno aflore el año próximo.
Mientras tanto, también es verdad que el cardenal primado mantendrá un fluido contacto con sectores políticos y sociales que suelen acercarse hasta su despacho en la curia no sólo para escuchar sugerencias sino para contar con su bendición. Algunos de los protagonistas que disputarán cargos el año próximo ya hacen fila para verlo.
La preocupación por la exclusión social (que vuelve a aparecer con fuerza al ritmo creciente de una crisis importada y generada), la necesidad de avanzar en planes concretos de erradicación de la pobreza y el compromiso de la dirigencia por alcanzar un mejor nivel de funcionamiento institucional serán las bases del trabajo y el reclamo del Episcopado que en sus manos tiene la tarea de atravesar el umbral de los 200 años de historia nacional.