Por Iván Damianovich
Se consolida la convivencia pacífica entre religiones
14 de septiembre de 2007
Es una de las mejores caras que tiene el país para mostrarle al mundo. La convivencia pacífica que exhiben las distintas religiones monoteístas en la Argentina es motivo de asombro para sociedades donde abunda el desencuentro, la violencia y la intolerancia.
Un claro ejemplo de esta realidad pudo comprobarse esta semana, cuando, a instancias de una iniciativa de la Secretaría de Culto, líderes judíos y musulmanes coincidieron en una celebración conjunta.
Este año la celebración del mes sagrado del Ramadán para los musulmanes y el Año Nuevo para los judíos coinciden en la fecha. Para ambos, aunque con sus claras diferencias, es un tiempo de recogimiento y reflexión, que puede desarrollarse por estas latitudes sin la sangre que en otros lugares del planeta se derrama casi a diario.
Las diferencias culturales y religiosas encuentran cada vez más en la Argentina un espacio de coexistencia. Así quedó reflejado en el Palacio San Martín cuando, entre platos tradicionales y brindis, el gran rabino Shlomo Ben Hamú y el sheik Ibrahim Moustafa Gabr, del Centro Islámico de la República Argentina se saludaban afectuosamente y compartían oraciones.
"Nosotros aprovechamos esa larga convivencia que ni siquiera pudieron vulnerar los atentados que hubo en Argentina, el primero contra la embajada de Israel, en 1992, y el contra la mutualista judía AMIA, en 1994", manifestó el secretario de Culto, Guillermo Oliveri.
En tanto, el director del Congreso Judío Latinoamericano, Claudio Epelman, expresó ante los presentes que "judíos y musulmanes, ambos como herederos del Patriarca Abraham, somos hermanos en la fe. En este marco, rescato la histórica convivencia en paz de judíos y musulmanes que se dio en la República Argentina, respetando la singularidad de las identidades religiosas".
Herederos de un padre en la fe. Y, de alguna manera, hermanos en un país que los acoge sin enfrentarlos. Un alentador caso que demuestra que en la Argentina es posible avanzar pese a las diferencias.