Por Sofía Wachler
Haití: Una de cada dos viviendas, destruida
18 de enero de 2010
“Una de cada dos viviendas está destruida en Haití”, aseguró el presidente francés Nicolás Sarkozy al día siguiente del mayor terremoto en los últimos 250 años en esa zona del Caribe.
Este panorama continua agravándose por constantes réplicas. Más del 70 % de los edificios también se han derrumbado y sus estructuras se siguen desmoronando.
El temblor se sintió fuertemente en la capital de Haití, Puerto Príncipe y en Petionville, haciendo añicos edificaciones, entre ellas, el Palacio Nacional, la Catedral y cientos de viviendas.
David Gordon, director del Centro Townsend Centro Internacional para la Investigación de la Pobreza, señaló que “la mayoría de las viviendas haitianas están mal construidas, por eso sufren más daños en los terremotos, con el resultado de que muchos adultos y chicos pobres resultan muertos o heridos”.
El terremoto ha sido tan devastador porque “se produjo a una profundidad de sólo 10 kilómetros y la cercanía a la superficie es un factor importante que contribuye a la gravedad de un sismo de cualquier magnitud”, dijo David Rothery, científico británico quien además señaló que el epicentro del terremoto estaba a sólo 15 kilómetros del centro de Port-au- Prince, (Puerto Principe) la capital, que en consecuencia quedó gravemente afectada.
Haiti sufre de pobreza extrema. Es el más pobre de América: el 80% de la población vive en la pobreza y el 60% está desempleado. De acuerdo con cifras del Banco Mundial, el ingreso per cápita es de 390 dólares.
La tasa de alfabetización es del 45%. De 183 países, Haití se encuentra en el puesto 149 en cuanto a su índice de desarrollo humano.
Viven en esta isla del Caribe 8,5 millones de personas, con una expectativa de vida de 51 años en el caso de los hombres y 52 para las mujeres.
El caso de Haití ha dejado al descubierto una vieja problemática sin resolver, ni con perspectivas de hacerlo, en muchos países, aún en el largo plazo, sobre todo por falta de decisión política: construir viviendas pobres para gente pobre, prácticamente sin infraestructura de servicios como agua potable, cloacas.
Se menciona constantemente la reconstrucción, cuánto va a costar, en cuánto tiempo, con qué tecnología antisísmica, cuánto aportarán los organismos internacionales. Pero cómo se vive el día a día, sin techo.
Cabe preguntarse cuánto tiempo puede un ser humano, máxime un niño vivir a la intemperie en un clima tórrido, con todo tipo de alimaña asechando, con olores fétidos y con los miedos que conlleva. Hasta el hombre primitivo buscaba vivir en cavernas para protegerse de las condiciones climáticas adversas, la oscuridad. Los miedos ancestrales no son fáciles de superar.
En medio de este panorama desolador el Colegio Dominicano de Ingenieros, Arquitectos y Agrimensores (Codia) y la Asociación de Constructores y Promotores de Viviendas (Acoprovi) mostraron su disposición de colaborar en las construcciones y reconstrucciones de viviendas e infraestructuras destruidas en Haití por los efectos del potente sismo de 7,0.
Tanto el presidente del Codia, Víctor Payano, como el presidente de Acoprovi, Jaime González ofrecieron sus servicios profesionales en todas sus ramas, para colaborar en las construcciones de viviendas y edificaciones destruidas en Haití, a poco de conocerse la tragedia.
Asimismo, Codia exhortó a las organizaciones internacionales de las cuales es miembro, tales como la Unión Panamericana de Asociaciones de Ingenieros (Upadi), Copimera, la Faica y a los Colegios amigos a manifestar su solidaridad con el pueblo haitiano enviando ayudas para socorrerlo.