Por Sofía Wachler
¿El boom inmobiliario fueron sólo anuncios?
16 de noviembre de 2008
Con sus 40 años de experiencia, Moisés Altman, de Altman Construcciones, contó: "Viví siete crisis inmobiliarias hasta ahora y considero que la peor fue la que sufrimos durante la década de los '80, que nos mantuvo inactivos durante unos años”.
Conviene recordar que marzo de 1981 se devaluó el 10% y a pocos días de su asunción, Lorenzo Sigaut, ministro de Economía de la dictadura, dice la frase por la que es recordado: "El que apuesta al dólar, pierde".
A tan sólo dos meses de esta expresión, en junio de ese año devalúa un 30% y el dólar, que en el mercado libre se cotizaba a $ 2.000, salta a $ 10.000; la inflación de 1981 fue de 131 %.
Con una memoria prodigiosa, Altman recordó durante el desayuno mensual del Comité de Real Estate de la Cámara de Comercio de los Estados Unidos en la República Argentina-AmCham, sus experiencias.
Respecto de la situación actual, aclaró que “el boom del sector de los últimos años nunca fue tal porque no existió una masa de consumidores finales, fue un excelente negocio para quienes tenían ahorros en dólares”.
Altman explicó que “ahora se están terminando las unidades comenzadas en 2005/2006 y los constructores quieren vender los remanentes para iniciar nuevas obras. En este contexto, también, los inversores quieren vender sus unidades, por lo que se produce una suerte de competencia y a la vez, una sobreoferta que va dirigida al mismo segmento de compradores”.
Como siempre, muy contundente y explícito, Miguel Pato, Director Regional del Real Estate Group para América Latina de Ernst & Young enfatizó que “los mensajes que se transmiten desde los medios de comunicación, muchas veces, están alejados de la realidad o no tienen una visión de largo plazo”.
La evolución del mercado argentino, luego de la crisis del 2001, “en realidad, fue un boom de anuncios, más que un boom inmobiliario, porque estuvo destinado a pocos clientes, al segmento Premium, dejando de lado a una gran cantidad de personas que constituyen la clase media y a los sectores más carenciados”.
Con su acostumbrado entusiasmo y sin ahorrar expresiones, Miguel Pato, también Presidente de la Comisión de Real Estate de la Amcham, expresó que “no se generaron muchos negocios, fueron parciales y además, no se atendió a la gran demanda social, la eterna olvidada en las últimas décadas”.
En cuanto a la prospectiva, Pato dijo que “al igual que se sobredimensionó al sector inmobiliario de los últimos años, hoy no debemos dar un valor desmesurado a la crisis actual sin negar que estamos atravesando momentos difíciles, pero hay que ser realistas y proactivos”.
Pese a las noticias que anuncian bajas de precios, descenso del nivel de actividad y otras catástrofes para el sector inmobiliario, lo cierto es que “ hay mucha plata dando vuelta, se intensificó la desconfianza en los bancos, el mercado turístico argentino sigue siendo una mina de oro para los inversores , entre otros tantos indicadores”.
Las recomendaciones son que “hay que estar bien informados, no hay que asustarse, sino acomodarse al nuevo escenario y brindar seguridad y rentabilidad, aunque de menores magnitudes, a los futuros negocios inmobiliarios”.
Moisés Altman es optimista por naturaleza “de esta crisis vamos a salir airosos, como siempre lo hemos hecho; estarán en problemas las constructoras que no cuenten con capital propio y venden desde el pozo, sin tener la certeza de la continuidad de la construcción de las obras. Los constructores sabemos que tenemos que mantenernos en las buenas y en las malas...”.