Las ventas de viviendas nuevas en Estados Unidos cayeron en agosto a su nivel mínimo en seis meses. Las ventas de este año están en camino de ser las peores desde que el gobierno comenzó a llevar registros hace medio siglo.
El gobierno dijo el pasado 27 de setiembre que las ventas de viviendas nuevas cayeron por cuarto mes consecutivo, un 2,3%, a un ritmo anual de 295.000. Ese número está muy por debajo de lo que los economistas consideran como una tasa saludable: 750.000 ventas por año.
El mercado de vivienda es el eslabón más débil de la economía estadounidense. Ha estado plagado de millones de ejecuciones hipotecarias, a medida que los propietarios de viviendas pierden sus trabajos y no pueden pagar los préstamos de las viviendas.
A pesar de los bajos precios de las casas y los intereses históricamente bajos para los préstamos, las ventas han sido lentas tanto para casas nuevas como las ya construidas, debido a que los consumidores estadounidenses han reducido gastos para pagar sus deudas.
Los prestamistas también han impuesto normas más estrictas para los préstamos, con lo cual algunos compradores no califican para los nuevos préstamos.