Según la consultora Ecolatina, la venta de insumos -reflejada en el ISAC- pasó de crecer a un promedio de 15% durante 2005 y 2006 a 6,5 el año pasado.
Esta tendencia, contrasta con la aceleración de los primeros cinco meses del año que acumulan una expansión de 12,1%. Si bien el inicio de 2008 parece ser muy alentador, un análisis detallado revela que el ritmo de crecimiento esperado es modesto.
La brusca recuperación contrasta con la evolución exhibida en indicadores clave como empleo y superficie permisada para edificación de obras privadas. El crecimiento del empleo en el sector durante el primer trimestre de 2008 ha sido el menor (+6% i.a.) desde 2003 y la superficie permisada ha crecido 1,7% en el acumulado de los cinco primeros meses, muy por debajo del 6,9% registrado en igual período de 2007.
También hay que considerar que teniendo en cuenta que el ISAC se elabora en función de la evolución de los despachos y la producción de insumos representativos del sector, es posible que una parte del repunte observado tenga más que ver con conductas precautorias que con un incremento efectivo en el uso de materiales de construcción.
En forma adicional es importante considerar que gran parte del incremento en el dinamismo responde a la fuerte expansión de la construcción en provincias muy vinculadas a la producción agrícola como Córdoba, Entre Ríos y, particularmente, Santa Fe. Por caso, en forma conjunta explican más de la mitad del incremento total del consumo de cemento en los primeros meses del año.
Sin embargo, en el conflicto con el campo se transforma en un condicionante teniendo en cuenta que los ingresos disponibles de los productores se verán reducidos por el reciente aumento de los derechos de exportación y que han aumentado los niveles de incertidumbre.
La construcción exhibirá una desaceleración gradual durante los próximos años, convergiendo a tasas de crecimiento similares a las de la economía en su conjunto.
Se espera que los principales drivers del sector no luzcan tan favorables durante los próximos años. En primer lugar, los costos salariales continuarán en aumento, teniendo en cuenta las restricciones de la oferta de trabajo y la elevada inflación.
Además, la incertidumbre y el deterioro en el clima de negocios generado a partir de la crisis entre el campo y el gobierno ha acortado sensiblemente el horizonte de previsibilidad por lo que los inversores se muestran cada vez más reacios a hundir capital en actividades que requieren al menos 24 meses para su maduración. También, la suba registrada en las tasas de interés para los depósitos -que ya se ubican en torno de 18% anual- aumenta el costo de oportunidad del capital y reduce atractivo de las inversiones inmobiliarias frente a la renta financiera.
Proyectamos un crecimiento de la actividad de construcción (reflejado en el ISAC) en torno de 6% para el año en curso.