Respecto de los administradores, también hay que tomar en cuenta que se les imponen demasiadas cargas administrativas y de control burocrático que, en el fondo, encarecerán su gestión y lamentablemente, en forma indirecta, se trasladarán a las expensas.
“No se advierte la razón de haber impuesto tanto papeleo en la era de la información, donde la mayoría de los trámites, hoy en día, tienden a ser instrumentados por Internet”, dijo Loisi.
Añadió que “la difusión que se ha hecho de esta reforma, despierta falsas expectativas en los consorcistas que creen que denunciando a un mal administrador ante el Registro de Administradores, lo podrán remover. Es falso ya el control de la gestión de los administradores siempre estará a cargo de las respectivas asambleas”.
El Registro no puede inmiscuirse en el modo o el sistema adoptado en cada edificio para administrarlo, ni prevenir irregularidades en el manejo del dinero de las expensas, u otras anomalías de gestión. Actúa multando, suspendiendo o excluyendo de la matrícula a aquel administrador que no cumpla con los requisitos que la ley establece.