El Ayuntamiento de Praga se ha multado a sí mismo con unos 2.000 euros por fallos de carácter formal cometidos durante las obras de rehabilitación del histórico Puente de Carlos, la principal atracción turística de la capital checa.
La municipalidad reconoció haber incurrido en "errores formales" desde que comenzó la reconstrucción, hace ahora dos años, según informó en Praga Jan Knezinek, jefe del Departamento de Cultura y Protección del Patrimonio de la capital checa.
Knezinek citó, por ejemplo, no haber informado sobre el inicio de los estudios arqueológicos, o sobre el modo detallado de restaurar los sillares del puente.
El funcionario municipal reconoció que en ningún caso se ha dañado esta joya arquitectónica, que data de finales del siglo XIV, aunque ha sido reconstruido en varias ocasiones como consecuencia de las riadas.
En esta primera fase de las obras, que está previsto finalice en junio de 2010, se ha trabajado sobre el firme y parapeto del puente, para subsanar los daños producidos por el aislamiento defectuoso realizado en la década de los '70, e instalar redes que permitan devolver la iluminación de gas original.
Pero una inspección del Ministerio de Cultura llamó en noviembre pasado la atención sobre ciertos aspectos de la reconstrucción, al considerar que sí le ha restado autenticidad y valor al puente.
En su informe, el ministerio señala que han sido sustituidos más sillares de lo que aconsejó el diagnóstico inicial, y se han restaurado por un procedimiento industrial ajeno a este tipo de edificio.
"El valor estético y plástico del puente ha sufrido de manera importante como consecuencia de la reconstrucción", se indicó entonces. La segunda etapa, que comenzará en 2010, consistirá en restaurar toda la envoltura de piedra externa del puente.