El presidente de Brasil, Luis Ignacio Lula Da Silva, quiere convertir la construcción de viviendas en el motor de la recuperación económica del país, por lo que anunció el jueves pasado que el gobierno brasileño construirá 500.000 pisos baratos para las familias de bajos ingresos durante el 2009.
El objetivo es erradicar las favelas, uno de los males que, junto a la deforestación amazónica, son emblemáticos para los brasileños. Lula anunció su plan de urgencia durante una visita a Manguinhos, uno de los mayores barrios marginales de Río de Janeiro como señal de su propósito de cambiar la cara violenta de Río de Janeiro con urbanización y mayor presencia del Estado en las favelas.
Un reciente estudio de la Fundación Getulio Vargas estimaba que teniendo en cuenta el actual déficit habitacional del país que es de 7 millones de viviendas concentrado básicamente en las grandes ciudades y la creación neta de hogares durante los próximos doce años generara la necesidad construir en ese periodo 27,7 millones de residencias.
Lula prometió que al final de su segundo mandato, después del final de 2010, "la imagen de Río habrá cambiado" con una sensible reducción de la violencia.
"Necesitamos sacar a Río de Janeiro de las páginas de los periódicos, de las páginas policiales...", sostuvo Lula. .."Es preciso que haya presencia del Estado trayendo todos los beneficios que las personas necesitan y que están presentes en la Constitución", sostuvo.
Lula había estado el 4 de diciembre pasado en Río para lanzar un ambicioso y millonario programa de rehabilitación de una de las mayores y más violentas favelas de la ciudad, el Complexo do Alemao, que entrena a miles de mujeres para prevenir conflictos locales, alejar a jóvenes de las drogas y hacer de nexo con las autoridades.
Tras los actos, Lula volvió a señalar la posición económica sólida del gigante sudamericano en épocas de turbulencias al señalar que "si hay un país preparado para afrontar esta crisis, ese es Brasil".
El plan habitacional, de un millón de viviendas construidas hasta 2010 será fuertemente subsidiado por el gobierno federal, previendo que los futuros propietarios sólo comiencen a pagar después de ocupar las unidades y contempla para los sectores con ingresos de hasta 570 dólares (unos 2.000 pesos) un desembolso por mes que oscila entre 6 y 8 dólares (o sea, 21 a 28 pesos).
La ministra jefa de la Casa Civil Dilma Rousseff, precandidata a la sucesión presidencial en 2011, dijo que el proyecto se basa en tres pilares: cuotas subsidiadas por el Estado que sean proporcionales a las entradas de las familias; un fondo de garantía de los contratos para eventuales problemas de pago y reducción del peso del seguro en las cuotas.
Rousseff sostuvo que en los años 90 las políticas fiscales y tributarias eran de corto plazo y basadas en las reglas del Fondo Monetario Internacional, lo que condujo a una virtual ausencia de políticas sociales y a un aumento de la concentración de los ingresos. "Fue un modelo que se caracterizó por un gigantesco estancamiento económico".
Lula en un discurso ante el Consejo Económico y Social integrado por todos los agentes económicos -desde empresarios a trabajadores pasando por economistas y profesionales en general sostuvo que el gobierno mantendrá el crecimiento a toda costa en medio de las turbulencias financieras internacionales.
"No es con corte de gastos que se resuelve ese problema" subrayó el presidente brasileño. Dijo que tampoco se saldrá de ella "con bajas de salarios".
Lula fue categórico al rescatar el papel del Estado en la economía y volvió a reclamar una regulación del sistema financiero mundial.