La construcción de una torre de un kilómetro de altura y que sería la más alta del mundo, fue aplazada por su constructora, propiedad del gobierno; señal de que Dubai, la ciudad con aparentes recursos y ambiciones sin límite, ahora lucha por evitar una dura caída.
La torre Nakheel es el centro de lo que la empresa del mismo nombre facturó hace apenas tres meses como un proyecto residencial y comercial valuado en 38.000 millones de dólares.
El retraso de las obras por parte de la compañía –que también disminuyó el ritmo de construcción de tres islas con forma de palmera en la costa de la ciudad– sigue a la serie de despidos y reevaluaciones a los proyectos de otras constructoras, ante el desplome de los precios inmobiliarios en Dubai.
A finales de noviembre, Limitless, un desarrollador respaldado por el gobierno, dijo que revisaba los avances de un canal en desarrollo con valor de 61.000 millones de dólares. El mes pasado, Meraas, que también tiene apoyo oficial, confirmó que estaba analizando las fases de un programa de remodelaciones con valor de 95.000 millones de dólares.
Nakheel aseguró que en un año reanudará la construcción de la torre. Ya se había iniciado parte del trabajo y, una vez que se retome, la colocación de los cimientos tardará tres años. La altura del edificio se planeó para superar a Burj Dubai, un rascacielos cuya construcción se espera que finalice este año.
La debilidad del mercado inmobiliario de Dubai ahora amenaza con filtrarse hacia otros sectores críticos para la economía, incluyendo el bancario, que hace unos cuantos meses parecía estar relativamente sólido.
La calificadora de riesgos Moody’s Investor Service advirtió recientemente sobre el debilitamiento de los fondos de los bancos de los Emiratos Árabes Unidos, que comprenden a siete emiratos semiautónomos incluido Dubai.
La economía de este último es particularmente sensible a los precios inmobiliarios, ya que en conjunto, los sectores de bienes raíces, de la construcción y de las finanzas representan cerca de 40% del producto interno bruto de la ciudad-estado, de acuerdo con una estimación reciente de Merrill Lynch.
En un mercado dominado por los bienes raíces residenciales, los precios promedio de las viviendas cayeron 8% en el cuarto trimestre con respecto al tercero del año pasado, reportó un índice de precios publicado por la consultora inmobiliaria Colliers International. Esta caída se dio en un año en el que los precios promedio terminaron 59% más altos, aun con dicho desplome.
En años recientes, cuando se dispararon los precios, miles de expatriados se vieron atraídos aquí para diseñar, construir, vender y financiar viviendas. Pero en semanas recientes, los bancos y las constructoras han anunciado cientos de despidos.
Si continúan, los precios inmobiliarios se debilitarían más. Cerca de 90% de la población de Dubai, de 1.5 millones de habitantes, son expatriados, incluyendo decenas de miles de obreros que perciben bajos salarios.
Normalmente, un trabajador despedido pierde el derecho de residir aquí y debe abandonar el país en 30 días, aunque algunas empresas les han extendido sus visas hasta por tres meses.
Las repercusiones de la crisis global del crédito ya sienten en Dubai; los bancos locales, sin tener acceso al capital internacional por la solicitud de bancarrota de Lehman Brothers, dejaron de prestar o aumentaron los requisitos para otorgar hipotecas.
El promedio de precios de los departamentos usados y las villas independientes cayó 4% de septiembre a octubre, de acuerdo con HSBC. Lo anterior después de aumentar 17% en agosto. La caída fue la primera mensual desde que el emirato abrió el mercado a los extranjeros, dijeron los analistas del banco.
El retroceso no reflejó lo duro de la situación que muchos agentes inmobiliarios observaron. Éstos dijeron que los compradores habían desaparecido y que las transacciones no se concretaban en ningún precio. Los de algunas de las propiedades más caras cayeron 49% ese mes, añadió HSBC.