Rosario tendrá una nueva oportunidad para urbanizar y relocalizar villas de emergencia gracias a un convenio que firmó con la Nación. “Esto permitirá seguir trabajando en el mismo sentido que lo venimos haciendo con el programa Rosario Hábitat”, explicó la directora del Servicio Público de la Vivienda (SPV), María Inés Capón.
El acuerdo fue rubricado por el intendente Miguel Lifschitz y el referente de la Secretaría de Obras Públicas del Ministerio de Planificación Federal de la Nación, Luis Bontempo, a través de un subprograma dedicado a la urbanización de villas y asentamientos precarios con fondos nacionales.
“Es una buena noticia”, consideró Lifschitz y remarcó que el convenio incluye la construcción de viviendas, apertura de calles y obras de infraestructura en terrenos que debe proveer la Municipalidad.
Además, explicó la mecánica del acuerdo logrado. “Se trata de un convenio marco que requiere la aprobación de cada uno de los proyectos que presentemos”, dijo y adelantó que en las próximas semanas comenzarían los estudios de factibilidad para decidir cuál será la primera intervención a realizar con los fondos nacionales.
Para lograr la luz verde los proyectos a presentar deberán tener un piso de condiciones que incluyen terrenos urbanizables y factibilidad de infraestructura, en lotes que pueden estar fuera o dentro de los actuales asentamientos precarios.
A estos requerimientos se agrega la condición de no superar los 1.500 pesos el metro cuadrado, costo que incluye la unidad habitacional y la infraestructura básica.
'Otra condición fundamental es que los proyectos se presenten por etapas', comentó Capón y dijo que el Subprograma Federal de Urbanización de Villas y Asentamientos Precarios no fija montos sino que se transita a través de la aprobación de etapas sucesivas.
Será el SPV el encargado de evaluar los barrios que estén en condiciones de ser relocalizados. "Se elaborarán los proyectos que se elevarán al Ministerio de Planificación, que otorgará, en el caso de corresponder, el financiamiento", explicó la titular de esa repartición.
No se dieron precisiones sobre cuál será el asentamiento en el que comenzarán los trabajos y sólo se dijo que “se evaluarán los lugares donde la ausencia de traza acentúa la inseguridad”.
Según estimaciones oficiales, Rosario tiene unos cien asentamientos irregulares que albergan a 23 mil familias. Los cálculos son aproximados ya que las radicaciones precarias van de la mano de la agudización de los problemas socioeconómicos y constituyen verdaderos escenarios móviles.
Para incluir a las ciento quince mil personas que se calcula viven en condiciones de urbanización irregular, compleja y sin poder acceder a parámetros mínimos de calidad de vida, el municipio tiene en marcha la primera etapa del programa Rosario Hábitat, que concluirá en 2010. Para entonces, se le habrá cambiado la cara a distintos tramos de los asentamientos de Las Flores, Empalme, Lagunita, Villa Corrientes, Molino Blanco, Villa Itatí y La Cerámica.
¿Cuáles son los parámetros que definen un asentamiento precario? Según Capón, se puede hablar de falta de inserción en la trama urbana y de continuidad en la apertura de calles, además de ausencia de infraestructura y precariedad de las unidades habitacionales. Sin contar, claro está, las consecuencias ambientales que genera la falta de servicios básicos como agua y drenajes cloacales.