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23 de noviembre de 2024
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Por Nino Fernández
La crisis potencia la pérdida de competi- tividad
18 de octubre de 2008
Los analistas aseguran que si bien la mayor parte de las Pymes ha generado “anticuerpos contra la crisis”, no será fácil que puedan sortear los efectos indirectos del terremoto financiero originado en los EEUU.

Esto es así a pesar de que la mayoría de los argentinos por ahora vive la crisis como un problema que golpea a otros países.

“Mire lo que fue el último fin de semana largo o fíjese en los restaurantes los sábados y domingos y se va a dar a cuenta que aquí la gente todavía ve la crisis por televisión, como ocurrió con la guerra de Irak. Pero la historia no termina hoy: esta vez algunos balazos nos van a alcanzar”, dice un conocido economista, que alguna vez estuviera en la lista de “ministeriables”.

Su razonamiento apunta a destacar que no todos los sectores productivos se verán afectados y que la problemática de las empresas sigue siendo la misma de los primeros meses del año, cuando había otra crisis y el tema dominante era el aumento de los costos de producción. Asegura que los problemas de competitividad no nacieron con la depreciación de las monedas de Chile y de Brasil, o con los excedentes productivos que va a dejar la recesión en los países desarrollados, que podrían inundar el mercado local.

Todo eso sin olvidar que muchas Pymes que importan se verán beneficiadas con la situación, de la misma forma que a otras les favorece la caída en los precios de los commodities.

“El nuevo escenario lo que hace es potenciar la perdida de competitividad, tanto de las Pymes exportadoras como de las que venían sustituyendo producción china o brasileña. Mientras que los que viven exclusivamente del mercado interno van a vender menos, pero nada que ver con el 2002”, dice.

Por su parte para el ex sub Secretario de Comercio Exterior de la Nación Raúl Ochoa, el impacto de la crisis financiera se va a sentir en un par de meses, como consecuencia del efecto contagio, provocando cambios en el mercado interno.

“El precio de los commodities va a seguir cayendo hasta alcanzar el piso del 2007. A esto hay que sumarle la fuerte retracción que va a sufrir el turismo, sobre todo el procedente de Europa y la caída de las exportaciones. Con menos plata en el bolsillo de la gente cambiaran algunos hábitos de consumo”, dice Ochoa.

Mercado interno

Dante Sica, titular de la “Abeceb.com” descarta que el país vaya hacia una recesión. “Vamos hacia una desaceleración del crecimiento y en este marco las Pymes industriales se verán afectadas pero no tanto como en otras crisis”.

Un reciente trabajo presentado por el Observatorio Pyme revela que el 51,5% de las firmas del segmento industrial no espera cambios en las ventas al mercado interno, contra el 26,9% que cree que disminuirán y el 21,5% que espera que aumenten.

De a poco la atención de los analistas se va fijando en la plaza local. Vale la pena detenerse en algunas de las reflexiones escuchadas al respecto.

- Si la teoría del derrame efectivamente funciona el consumo se va a resentir, y lo mismo pasará si se deteriora el poder adquisitivo de los salarios por la vía de la inflación o se reduce el empleo.

- La retracción de las ventas al exterior va a reforzar la oferta de productos en el ámbito local. A ello se le va a sumar una reducción del consumo, un aumento de las importaciones y una baja en el turismo receptivo, que en realidad es considerada una exportación. Todo ello se traducirá en menor inflación.

- Este gobierno ha prometido defender el mercado interno, lo cual puede lograrse a través de aumentos de salarios o cambios en el sistema impositivo.

- Hay que ver cómo evoluciona la pulseada que mantienen empresarios y sindicatos por los reajustes salariales.

Sobre este último punto, y más allá de los fuegos de artificio a los que suelen recurrir algunos dirigentes, se perfila interesante la experiencia que está generando el Movimiento Empresario Sindical-Industrial de la República Argentina.

En su primera jornada de debate y reflexión, llevada a cabo el último jueves en el Paseo La Plaza, José Rodríguez, secretario General de SMATA reclamó un plan a 10 años de estabilidad laboral y fiscal, que sólo podrá concretarse “con ayuda de los trabajadores y las empresas”. “El camino es ese: que se junten la industria y los gremios para avanzar hacia una mejora integral”, dijo el dirigente gremial.

Por su parte Jorge Lobays, secretario del gremio textil dijo que es importante que a los empresarios les vaya bien para que generen más trabajo decente”; mientras que Marcelo Fernández, titular de la CGERA afirmó que para fortalecer al segmento Pyme y las cadenas de comercialización, se debe trabajar en la unión de trabajadores y empresarios.

Entre las conclusiones del evento sobresalieron la necesidad de encarar una “paulatina baja de impuestos al consumo”; propender a una masiva formalización del mercado laboral y avanzar hacia un plan estratégico de comercio exterior que “favorezca el empleo local y las exportaciones de mayor valor agregado”.

Comercio Exterior

Del comercio exterior procede la mayor amenaza de la crisis para las Pymes locales. No solo porque verán resentido su flujo exportador, sino además por el riesgo de un ingreso masivo de productos de países como Brasil o China.

“La Argentina arrastra problemas de competitividad sistémica por el aumento de costos internos, la falta de incentivos a la inversión, el escaso esfuerzo de las empresas por innovar, capacitar mano de obra y acercarse a todo lo que es Ciencia y Tecnología. Por lo tanto es necesario adoptar algunas medidas lo antes posible”, dice Ochoa.

Desde el Gobierno se ha optado por una serie de medidas destinadas a reforzar el control de la mercadería importada, así como a facilitar la gestión de denuncias por dumping, que históricamente fueron tan complejas y extensas que desalentaban al más paciente de los empresarios.

Silvina Tirabassi, directora General de Aduanas asegura que en los próximos días serán publicadas en el Boletín Oficial además un par de resoluciones con las que “se unifican unos 22.000 valores criterio y de esa forma se defienden a los sectores más sensibles al ingreso de productos subfacturados, como son línea blanca, motos, textiles, calzado, marroquinería del cuero, electrónica y juguetes”.

Para los empresarios estas medidas están en la senda correcta, pero tienen gusto a poco. Y si bien el reclamo mayor parece centrarse en torno al valor del dólar, desde varias cámaras industriales ya presionan por la eliminación lisa y llana de las retenciones del 5% que gravan las exportaciones con valor agregado.

“Los medios solo hablan de la pulseada por el tipo de cambio o de las retenciones del campo. Pero nosotros venimos planteando que se supriman los derechos de exportación porque los números cada vez cierran menos”, dice un metalúrgico con aspiraciones políticas en ADIMRA.

Raúl Ochoa está de acuerdo con este planteo: “en la actualidad los derechos de exportación son un salvavidas de plomo y hay que sacarlos si se quiere evitar un costo mayor de la crisis en la economía real”.