Por Nino Fernández
Bleger: “Sin margen para salarios asiáticos”
8 de mayo de 2008
Leonardo Bleger, ex economista Jefe del Banco Credicoop y actualmente investigador del Centro de IDEAS de la Universidad de San Martín, afirma que el modelo local tiene similitudes con algunas experiencias asiáticas pero que no puede funcionar con los salarios de aquellas latitudes. Con el antecedente de haber sido uno de los economistas con más aciertos en el REM (Relevamiento de Expectativas de Mercado), Bleger recomienda seguir de cerca el posible impacto de la inflación sobre el consumo y pronostica que este año la economía crecerá en torno al 7%.
- Cómo ve la situación económica del país en medio de las pujas sectoriales y el sostenido aumento de la inflación?
- Sigue habiendo un marco internacional favorable y muy buenos indicadores macroeconómicos, como los superávits gemelos, el nivel de reservas y aumento de exportaciones. En cuanto al tema de la inflación es preocupante hacia delante y está poniendo en revisión todo el esquema de política cambiaria y monetaria. La Argentina basó su recuperación en una defensa del tipo de cambio, con muy buenos resultados en materia de nivel de actividad, pero a diferencia del resto de las monedas latinoamericanas, que se han apreciado respecto al dólar, el peso local se mantuvo pegado a la divisa estadounidense, por lo que se fue depreciando frente al resto de las monedas. A partir del 2005 aparece un proceso inflacionario, que reconoce como principales causas el fuerte crecimiento de la demanda, distorsiones en los mercados y márgenes excesivos…
- Y frente a ello una puja distributiva que por momentos parece exacerbada...
- Hay, efectivamente una puja distributiva de características si se quiere particulares, porque en Asia por ejemplo, predominan las economías con tipo de cambio alto en base a salarios muy bajos en dólares. Y eso posiblemente es lo que algunos pretendían para el modelo argentino, pero se demostró que aquí los trabajadores no aceptan ese nivel de salarios y se tensa la cuerda porque a medida que cae la desocupación, crece el poder de negociación de los sindicatos.
- ¿Cuál es la consecuencia económica de esa situación?.
- En principio se reducen los márgenes de rentabilidad de muchos sectores industriales que venían siendo extraordinarios. Y ahora le toca al sector agropecuario, que disfruta de los excelentes precios de sus productos, que están contribuyendo al aumento de la inflación internacional…
En esto Bleger hace una pausa y admite que la Argentina también está importando inflación a causa del mantenimiento del tipo de cambio. Pero propone mirar más la dinámica de la película que la foto estática: “hay que preguntarse qué se está haciendo para aprovechar las oportunidades que ofrece el mercado internacional en este momento. Mirando hacia el futuro y pensando en el desarrollo más que en el crecimiento de la coyuntura”.
- ¿Qué propone?
- Aquí la primera asignatura pendiente es en materia de infraestructura en todos los planos, para lo cual hay que buscar una fórmula de financiación adecuada y en esto, hasta ahora, no se han aprovechado los recursos de las AFJP y tampoco los fondos que pueden acercarse del exterior.
- Cuáles deberían ser las prioridades en materia de infraestructura?
- Habría que definirlas en base al modelo y como se planifican las políticas sectoriales. En transporte está claro que el proyecto del tren bala no se ajusta a las prioridades nacionales. Así como hay que discutir la matriz energética que es fundamental para el desarrollo. Y salir de la trampa de la coyuntura.
Coyuntura y después
Bleger dice que en el caso del conflicto con el agro se requiere de una política muy delicada, y de algún modo más inteligente para distinguir entre precios internos e internacionales. Reconoce que está a favor de las retenciones, pero considera que el Gobierno se equivocó en meter a todos los productores en la misma bolsa. Y si bien acepta que la complejidad del entramado Pyme torna difícil la implementación de políticas diferenciales, asegura que “si se hubiera dejado afuera a los pequeños y medianos el Gobierno seguramente se habría ahorrado el conflicto”.
- A qué se refiere cuando habla de políticas más inteligentes?
- Lo que pasa por ejemplo en carnes y lácteos, en donde no se ha logrado equilibrar el interés por aprovechar el buen momento de la demanda y de los precios internacionales con la necesidad de asegurar el aprovisionamiento interno a precios razonables.
- ¿Los problemas de la coyuntura están afectando o pueden llegar a frenar el ritmo de actividad en lo inmediato?
- Es cierto que son los temas dominantes en los medios de comunicación pero por ahora no impactan en el resto de la actividad económica. La industria automotriz sigue a todo ritmo, la construcción y el consumo siguen creciendo, pero hay que estar atentos para ver en qué medida y dónde golpea la inflación. Creo que lo primero que se va a notar es una desaceleración del consumo, sobre todo por el lado de los productos “no esenciales”.
- Se puede descartar que la pulseada con el agro termine en concesiones que tuerzan, aunque más no sea parcialmente, el sesgo industrialista del modelo económico?.
- Coincido en que el énfasis de la política económica gira en torno a la industria, pero no creo que pueda cambiar el eje del modelo. En la industria está el grueso del empleo y de los sindicatos que juegan un papel político muy importante para el Gobierno. Esto el agro no lo tiene y sus beneficios vinieron más por la coyuntura internacional, que por política sectorial. Ambos sectores han logrado márgenes excepcionales en este tiempo, que ahora se están reduciendo. No es que estén dejando de ganar, sólo que hoy los márgenes son más normales.
- ¿Con esto se pueden esperar nuevas presiones por ajustar el tipo de cambio?
Tipo de cambio y crédito
El economista asegura que el debate que viene es sobre el tipo de cambio, que también está ligado al tema de la inflación, pero cree que al Gobierno se le va a ser difícil corregir la paridad. “Cuando entre julio y agosto del año pasado hubo movimientos en este sentido, se registró cierta inquietud entre los ahorristas. O sea que más allá del previsible impacto en las expectativas inflacionarias, cualquier modificación en el tipo de cambio a favor de estas demandas, también va a afectar la estabilidad de los depósitos en el sistema financiero”, dice.
- Entonces no cabe esperar otra cosa que mayor apreciación del peso.
- Exacto. Porque los precios internos le van a seguir ganando al tipo de cambio y claramente ahí hay un problema mayor que el que se generó con el agro.
- En este marco es probable que aumenten las importaciones y que las Pymes industriales sigan perdiendo competitividad. ¿Qué deberían hacer estas empresas para no resignar participación en los mercados?
- La recuperación de la competitividad tiene que venir con la aplicación de factores estructurales, llámese la innovación, apoyo científico-técnico; mejoras en la gestión, capacitación de RRHH y una mejor oferta de crédito a mediano y largo plazo.
- Por qué cuesta tanto recuperar el crédito de largo plazo y a tasas accesibles, cuando se sabe que el sistema está líquido y se supone que la capacidad de repago de las empresas ha crecido en línea con la economía?
- El sistema está líquido pero a corto plazo: entre el 50 y el 60% de los depósitos de plazo fijo está a un mes. Yo diría que mucho tuvo que ver la incertidumbre tanto local como la que viene de afuera, por la crisis surgida en los EEUU, que obligó a recortar los plazos y subir las tasas. Y en lo interno el escenario no ayuda. Para que haya una ampliación de los plazos tiene que haber baja inflación y una estabilidad de precios para que los ahorristas depositen a mediano y largo plazo.
- La línea del Banco Nación lanzada hace un par de meses puede inducir un cambio en el comportamiento del sistema?.
- No creo que pueda darse un efecto imitación. Es una buena herramienta, con una cuota de subsidio que me parece bien que lo explote el Nación, pero no sé cuantos bancos privados podrían contar con los recursos para prestar en esas condiciones.
- La alternativa podría ser la continuidad de las líneas a tasas subsidiadas de la Sepyme o activar el proyecto de un banco de desarrollo ?
- Claro. Establecer instrumentos de política pública, como el subsidio de tasas o mecanismos para extender los plazos, para asegurar liquidez a mediano y a largo plazo a la banca privada, puede ser una vía. La otra una banca de desarrollo, que en la práctica la está cumpliendo el Banco Nación.
- También se habla de que el BICE podría cumplir esa función..
- Hay que ver con qué recursos cuenta y que capacidad de fondeo adicional puede tener y en esto también pueden ser importantes los inversores institucionales.