Por Nino Fernández
Ser sustentable, desafío de las pymes turísticas
19 de octubre de 2007
Conformado mayoritariamente por Pymes, el sector del turismo se ha revelado como una de las actividades más dinámicas del período de post crisis y no es menor su potencial de crecimiento. Aun así, el desarrollo y sustentabilidad del negocio enfrenta algunos desafíos.
Según el Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WITTC) este año la demanda turística en Argentina crecerá 7,6 por ciento, respecto al año pasado, y un 4,4 por ciento anual en la próxima década. En la actualidad el turismo aporta el 7,2 % de las divisas ingresadas por exportaciones de bienes y casi la mitad de las exportaciones de servicios; genera el 7,8 % del empleo total y el 6 % de la renta fiscal.
Sin embargo, como ocurre en otras actividades económicas, la expansión es despareja, algunos sectores tienden a concentrarse y a perder competitividad, hay escasas inversiones en infraestructura aeroportuaria y deficiencias en capacitación de recursos humanos.
Con todo, expertos y empresarios aseguran que está en marcha una estrategia publico-privada destinada a revertir esta situación.
La nueva paridad cambiaria y la mejora en los ingresos de vastos sectores sociales internos son señalados como los principales factores que hicieron posible la expansión de la industria en este tiempo.
Para el turismo extranjero la clave pasa por la competitividad precios, rubro en el que el peso ha vuelto a sacar ventajas frente a las monedas de los países con mayor flujo de turistas hacia la Argentina. Pero los incrementos de costos internos estarían minando esa ganancia, con un agravante importante: no todos los actores del mercado pueden trasladar esos ajustes a precios y muchos de los que sí pueden comienzan a perder competitividad.
El capítulo Turismo del último informe del CEDEM (Centro de Estudios para el Desarrollo Económico Metropolitano) destaca que en el segundo trimestre de 2007, el índice del tipo de cambio real multilateral turístico registró una suba promedio de 1,8% respecto a igual período del año anterior, lo que implica un aumento en la capacidad de compra de las monedas extranjeras en el último año.
Si bien el trabajo recuerda que para el INDEC los precios del rubro Turismo registraron una disminución interanual del 3,3% en el segundo trimestre de este año, en la Ciudad de Buenos Aires el subrubro Hoteles registró un desigual ajuste de tarifas. Mientras los hoteles de 4 estrellas aumentaron sus precios en promedio un 37%, los establecimientos que podrían identificarse como Pymes, lo hicieron por debajo de ese valor: Aparts y 3 estrellas ajustaron en torno al 30% y los de 1 y 2 estrellas, por debajo del 10%.
Competitividad
La realidad de la hotelería porteña dista de ser representativa de la actividad nacional, pero su incidencia en el mercado local es fundamental. En primer lugar por la magnitud de la oferta, derivada de una histórica concentración de plazas, a las que se sumaron últimamente varias cadenas internacionales e infinidad de hospedajes alternativos, como los hostels, bed&breakfast, hoteles boutique, entre otros.
Por otro lado porque la mayoría de los turistas extranjeros desembarcan en Bs.As. y un gran porcentaje permanece en la ciudad puerto.
“Históricamente alrededor del 70% de los extranjeros que llega a la Argentina por diversas motivaciones, esto es negocios, relaciones familiares, turismo, etc, se queda en Buenos Aires. Y si a esta estadística le agregamos los problemas del transporte aéreo de cabotaje, no se puede descartar que la tendencia se esté acentuando”, dice Mariel Ricci, especialista en Turismo y docente universitaria.
Por su parte Juan Mirenna, presidente de la Cámara Argentina de Turismo (CAT) coincide en señalar que el mayor cuello de botella que enfrenta la actividad está en el sector aerocomercial: el transporte aéreo de cabotaje y los aeropuertos están frenando el ritmo de crecimiento en diferentes localidades y provincias del país. En muchos destinos turísticos se hicieron inversiones destinadas a la creación de infraestructura hotelera, que no fueron acompañadas por el incremento de la infraestructura aeroportuaria. Sin dudas que esto detendrá la expansión de esos destinos”, afirma Mirenna.
Desde una provincia con creciente peso del Turismo, como es Tierra de Fuego, el consultor Turístico José Heredia, señala que allí “las inversiones son importantes, pero no me atrevería a calificarlas de adecuadas. La falta de una política pública provincial, hace que las inversiones sean espasmódicas y sin una orientación específica, porque falta un plan estratégico de desarrollo para la región”.
Por su parte Mariel Ricci dice que “el crecimiento de la demanda internacional está haciendo que más empresas concentren esa clientela, restando chances a que nuevas empresas entren al mercado. Crecen las cadenas hoteleras nacionales con aperturas en diversos destinos del país y pasaría lo mismo con las agencias, mercado en el que son mas importantes las de turismo emisor que las de receptivo”.
Este fenómeno le está restando competitividad a muchos lugares del interior, en los que predomina el turismo interno y unas pocas familias se reparten el negocio de hoteles y agencias.
Según el gerente de una agencia de Turismo porteña, que pidió no ser mencionado, “algunos destinos como Talampaya y Circuito Norte, para no mencionar a El Calafate y Ushuaia, cuestan más que Buzios o Bahía, y en algunas semanas del año, más que algunos destinos del Caribe. No solo es caro el aéreo de cabotaje sino que los hoteles y las agencias han actualizado sus tarifas pensando en el bolsillo de un cliente europeo, que sigue siendo reducido”.
“La competitividad depende mucho de los destinos, dependiendo de si hablamos de prestadores directos o de las empresas involucradas en la cadena de comercialización. Este es un sector que requiere de inversión en tecnología, sobre todo en comunicaciones, y en la medida que no lo hacen van perdiendo mercado”, asegura Federico Núñez, del estudio especializado Idea Turística.
Sustentabilidad
Dice Heredia que “los llamados destinos emergentes como los nuestros, necesitan del factor sustentabilidad y para lograrlo la cadena de valor de las Pymes debe estructurarse sobre tres ejes: involucramiento de la comunidad local en un proceso de desarrollo; mejoramiento de la oferta de cada lugar y apuesta a nuevas formas de asociatividad”.
El consultor fueguino agrega que la tendencia globalizada a certificar normas de calidad en los servicios, condiciona el factor de competitividad de las Pymes turísticas y que está faltando concientización y capacitación para alcanzar estándares de competitividad en la provincia”.
La falta de recursos humanos calificados aparece, también en este mercado, como una deficiencia nacional.
“Es el principal problema del sector”, dispara Mariel Ricci y explica: la migración de egresados universitarios a cubrir puestos del interior es importante y por ejemplo, en Buenos Aires, donde la demanda internacional es mayor, ya no hay suficiente cantidad de guías de turismo que hablen idiomas”.
Otro factor clave en la pulseada competitiva es la necesidad de mejorar los niveles y la calidad de inversión de los jugadores del mercado.
Mirenna dice que “no disponemos de todas las líneas de crédito que quisiéramos, pero hay que decir que existen programas desde el Estado para incentivar la inversión de las empresas de turismo”.
El empresario agrega que la entidad que preside conforma una ventanilla del PRE (Programa de Reestructuración Empresaria), apoya el programa de Agencias de Desarrollo Turístico e Incubadoras de Empresas y promociona la línea de créditos FonaPyme Turismo.
Con la Secretaría de Turismo, la CAT impulsa el programa “Mejora de la Competitividad de la Gestión Empresarial en Turismo.
También aquí conviene preguntarse si las Pymes del sector están al tanto de estas herramientas y cuál es el grado de complejidad para acceder a las mismas.