Por Nino Fernández
Pymes en el camino de la formalidad
17 de mayo de 2006
Cada vez son más las Pymes que hacen buena letra. Por lo pronto, de a poco se están despojando de la fama de empresas informales que las acompaña desde hace tiempo.
Varios datos sostienen la afirmación: el empleo en blanco acumula más de 40 meses de crecimiento consecutivo; en el último año 70.000 empresas se incorporaron al sistema de seguridad social; la evasión del IVA se redujo del 35 al 25% contando el 2004 y el 2005; y la cantidad de empleadores adheridos al sistema de Riesgo de Trabajo creció alrededor de un 12% el año pasado.
Como el 95% de las empresas del país son Pymes, es fácil deducir que la mayor parte de las firmas incorporadas a la formalidad, sino todas, responden a esas dimensiones.
“Hay una tendencia de las empresas a regularizar su situación fiscal y laboral, que en parte responde a los esfuerzos del Gobierno en este sentido. Y para las Pymes, sobretodo, trabajar en blanco es indispensable para acceder al crédito o a subsidios del sector público”, dice Bernardo Kosacoff, director de CEPAL( Comisión Económica para América Latina y el Caribe).
Más allá de la coyuntura económica, que constituye un marco favorable para la regularización de la actividad de las Pymes, es inevitable pensar que una parte importante de estas empresas está tomando conciencia de las ventajas de la formalidad, tanto, como de los riesgos que se corren con el incumplimiento impositivo o laboral.
Los especialistas afirman que es prematuro hablar de cambio cultural, pero no descartan mejoras en la calidad de gestión ligadas, por ejemplo, a un mayor profesionalismo en la toma de decisiones. Y también mencionan algunos estímulos externos, como los programas gubernamentales de regularización.
Trabajo y Seguridad Social
Según estadísticas de la cartera laboral, 9 de cada 10 puestos de trabajo creados en los últimos seis meses son en blanco. Y el Plan Nacional de Regularización del Trabajo, un instrumento que ha relevado un total de 220.000 empresas y 670.000 trabajadores, ha podido constatar que el 17% de las firmas regulariza su personal en negro en la primera semana siguiente a la inspección y un 19% lo hace antes de la audiencia, que generalmente tiene lugar dentro de los 40 días posteriores a la inspección.
“En nuestras agencias hay personal idóneo que está dando una mano importante a las Pymes, que muchas veces no saben que al trabajar en negro se ahorran un 38% de contribuciones patronales pero se ganan una cantidad de problemas y de riesgos”, dice Guillermo Alonso Navone, subsecretario de Relaciones Laborales del Ministerio de Trabajo de la Nación.
El funcionario recuerda que hasta septiembre del 2003 el trabajo no registrado ascendía en forma permanente, llegando al 49,7% del empleo total. Y a partir de ese momento cae sin solución de continuidad hasta ubicarse en el 46,1% en la última medición.
“Es un dato clave para demostrar que hay un cambio en la conducta de las Pymes y es importante destacar que estos resultados son producto de un perfil más educativo que punitivo de las acciones de este ministerio”, observa Alonso Navone.
Por el lado de la Seguridad Social, los ingresos en materia de contribuciones de empleadores se incrementaron el año pasado un 32% respecto al 2004.
Las estadísticas de la ANSES revelan que las empresas de hasta dos empleados inscriptas en el sistema pasaron de ser 689.591 en marzo del 2005 a 718.125 un año después y las que tenían entre 26 y 49 empleados, pasaron de 37.522 a 40.083. En tanto que las Grandes Empresas inscriptas, que en marzo del 2005 eran 885 en marzo de este año resultaron ser 886.
En el sistema de Riesgo de Trabajo, en tanto, la cifra de empleadores afiliados llegó en diciembre pasado a 596.306 y la de trabadores cubiertos a 6.393.764.
“Estamos ante un récord histórico. Pero no creo que se trate de una toma de conciencia o un mayor compromiso de las empresas por las condiciones laborales. Antes bien, creo que el aumento de la cobertura obedece a la preocupación económica por las consecuencias que derivan de un accidente de trabajo o de una enfermedad profesional, cuyo costo, especialmente para las Pymes, es muy alto”, sostiene Héctor Verón, superintendente de Riesgos de Trabajo de la Nación.
Impuestos y mochila fiscal
El incremento de la recaudación impositiva tiene otros condimentos. No solo porque el pago de impuestos está estrechamente ligado a la marcha de los negocios, sino además por lo que los empresarios entienden es una alta presión impositiva y onerosos planes de regularización.
No obstante ello la recaudación total de impuestos durante el 2005 creció un 20,5%, o sea más que duplicó el crecimiento del producto. El IVA bruto, es decir sin descontar las devoluciones, aumentó 19,3%, destacándose aquí el cumplimiento observado en la industria manufacturera, el comercio en general y la construcción.
Por su parte los ingresos por el pago del impuesto a las Ganancias aumentaron 25,8%. En el desagregado por tipo de contribuyentes, se observa que la recaudación correspondiente a sociedades creció 23,3% y 15% por el de las personas físicas.
“Está muy bien que aquellos empresarios, cuya rentabilidad les permite afrontar las cargas fiscales corrientes y abonar la deuda fiscal acumulada durante la crisis, regularicen su situación. Pero la cuestión fundamental es que se debe disponer de un mecanismo que solucione definitivamente la ‘mochila fiscal’, para que el sistema permita el desenvolvimiento y la proyección de las empresas”, afirma Osvaldo Rial, empresario Pyme y presidente de la Unión Industrial de la provincia de Bs.As. (UIPBA)
“La fuerte reducción en la evasión del IVA, que en dos años pasó del 35 al 25%, nos permite inferir que hay una mejora en el valor que le dan las empresas al pago de impuestos, ya sea desde lo económico como de lo social”, asegura Sergio Rufail, subdirector general de Servicios al Contribuyente de AFIP.
El funcionario afirma que estos resultados están vinculados a distintas acciones de educación tributaria que se llevan adelante desde el ente recaudador y a programas de regularización como ‘Hagamos un trato’, en el que “en cuatro meses ingresaron 110 mil planes por 2400 millones de pesos”.
Pero del lado de los empresarios no reina el mismo optimismo.
“En su momento acercamos a las autoridades un análisis del RAFA que demostraba que las ganancias de rentabilidad, se convertían en rentabilidad negativa ni bien se ingresaba al sistema formal; lo que impedía la permanencia en la formalidad”, asegura Rial, que pone el acento en los plazos y tasas de aquel instrumento de regularización.
Además de la rentabilidad y sus variables asociadas, como el mantenimiento de la demanda y la permanencia de un tipo de cambio competitivo, otros empresarios reclaman una mejor y mayor información al contribuyente como condición para sostener la tendencia a blanquear actividades.
Lo cierto es que la coincidencia entre esta incipiente conducta de las Pymes y la continuidad del ciclo expansivo de la economía deja picando una pregunta mayor: ¿no será que estas empresas evaden o emplean personal en negro cuando la marcha de sus negocios no les permite trabajar en blanco?