Por Nino Fernández
Fuerte crecimiento de exportaciones pymes
26 de marzo de 2005
Aunque hay una alta tasa de rotación, también aumenta la cantidad de pymes exportadoras, cuyas operaciones generan un 60 % más de empleo que las grandes empresas.
Que las exportaciones globales durante el 2004 hayan crecido 17 % es una muy buena noticia, en la medida que implica ingreso de divisas en momentos en que el país no accede a mercados de deuda y recibe pocas inversiones externas.
Pero mejor aún es el aumento de las ventas al exterior de las pymes, que treparon un 20%, en un escenario de recuperación del mercado interno y cuando una parte del ‘impulso competitivo’ de la devaluación se había evaporado.
Además del ingreso de divisas, en este caso hay que hablar de una mayor cantidad de empleo y mayoritariamente calificado.
“Se afirman las exportaciones Pymes porque se mantiene un tipo de cambio favorable, dado que el dólar se afloja respecto del euro y del yen, y porque las empresas están invirtiendo”, afirma Elvio Baldinelli, director de la Fundación BankBoston.
Con todo, ese desempeño no alcanza para torcer el rumbo del complejo exportador, en el que las medianas y chicas participan con menos del 10% de los embarques totales.
Y si bien puede ser prematuro hablar de tendencia, está visto que además de mejoras cuantitativas también hay cambios cualitativos en la oferta exportadora nacional.
“Hasta mediados de 2003, los productos industriales representaban el 25 % del total de las exportaciones y ahora alcanzan el 31 %”, dice Sebastián Katz, subsecretario de Programación Económica.
Mientras que Baldinelli asegura que está en marcha una interesante diversificación de destinos, lo que constituye una condición necesaria para no depender de un solo mercado.
Todo indica que en estos dos cambios de la oferta exportables tienen mucho que ver las pequeñas y medianas empresas.
Creación de empleo
Una definición que gana consenso entre los especialistas de comercio exterior dice que la estructura exportadora local puede calificarse de exitosa desde el punto de vista de la generación de divisas, del aumento de la eficiencia competitiva y en materia de transferencia tecnológica, pero deja bastante que desear en términos de empleo.
¿Por qué? Simplemente porque el 38% de las exportaciones nacionales presentan escasa o nula industrialización. Y a pesar de que el porcentaje tiende a contraerse, la participación de ítems como productos primarios, combustibles y energía, sigue siendo muy alto.
Y se sabe que si de creación de empleo se trata, no es lo mismo exportar un millón de dólares en petróleo, que en muebles, autopartes o instrumentos de precisión.
Según el informe de marzo del CEP (Centro de Estudios para la Producción) cuanto más chica es la firma exportadora, mayor es la participación en las ventas de Manufacturas de Origen Industrial (MOI).
Ejemplo: el 77% de lo que exportan las micro y pequeñas empresas son MOI y el 11% son productos primarios; mientras que en la composición exportadora de las Grandes Empresas, el 21% corresponde a ‘primarios’; el 18% a combustibles y el 26% a MOI.
Esta disparidad tiene su correlato en el precio por unidad de exportación.
Así, el CEP sostiene que el precio de la tonelada promedio exportada por las Grandes Empresas durante el 2004 fue de 353 dólares; en tanto que el de las Medianas fue de 608 y el de las Micro y Pequeñas, de 943.
Eso no es todo. Si se quiere saber acerca del impacto de las exportaciones sobre el mercado laboral, se puede consultar un trabajo de la Fundación Crear, que afirma que “las Pymes promedian 41,9 puestos de trabajo por millón de dólares exportado, cifra que cae a 25,9 en el caso de las Grandes Empresas”.
Alta rotación
Marcelo Elizondo, director ejecutivo de la Fundación Exportar, dice que si bien hay factores exógenos que ayudan a entender el desempeño exportador de las Pymes, como la recuperación de algunos precios internacionales y las ventas industriales a Brasil, “el hecho que sin dudas contribuye a explicar la suba de las ventas externas argentinas, es la incorporación de un creciente número de firmas al negocio exportador”.
Según estadísticas de la entidad que dirige, la base de empresas exportadoras se incrementó el año pasado un 15% respecto del 2003 y el número de pymes que vendieron al exterior creció un 16% para ubicarse en 10.775.
Otro dato que resalta Elizondo es el dinamismo de los envíos al mercado asiático, encabezado por un alza de las ventas a China del 72%, y del 70% al ASEAN.
“La práctica exportadora va diluyendo las barreras que impone la distancia geográfica, los costos de información y las diferencias culturales, haciendo más competitivas a las firmas. Por eso Sudamérica, que es el destino favorito para las empresas que recién se inician en la exportación, pierde preferencia a medida que aumenta el caudal a comercializar y sobre todo, la experiencia exportadora”, sostiene Elizondo.
Pero el informe del CEP también aporta datos sobre los puntos flojos del frente exterior.
Uno de los más significativos en este sentido es la alta rotación en el panel de pymes exportadoras, que el año pasado se renovó casi un 30% (salió un 27 % del negocio exportador y un 3% se incorporó) a diferencia de las grandes en las que la renovación su ubicó en torno al 3 %.
Para los especialistas, esta tasa de rotación entre las pymes responde generalmente a la concepción empresaria de que la exportación es un negocio de ocasión, destinado a colocar remanentes del mercado interno y no una actividad que merece continuidad.
Como se demostró en esta columna, para el país es muy buen negocio que las pymes exporten. Y para ello no sólo es necesario asegurar las condiciones de competitividad, sino también crear las bases de una cultura exportadora.