Por Garbiela Granata
Cristina: la continuidad y el cambio
19 de julio de 2007
Cristina Fernández de Kirchner no sorprendió en su discurso inaugural como candidata presidencial y trazó una línea discursiva sobre un eje paradojal: la continuidad como cambio.
Una de las preocupaciones centrales del discurso de la flamante candidata presidencial del oficialismo fue marcar la política económica del gobierno que lidera su esposo como contracara del modelo neoliberal de los ´90. Y en sintonía, garantizar que no habrá sobresaltos.
Y allí lanzó la que buscará que sea la marca distintiva de su propuesta y su hipotético gobierno: el diálogo, que definió como social e institucional. Pero, prudente, no fijó los alcances, los protagonistas ni los excluidos.
"El diálogo institucional va a garantizar el cambio, que es seguir en la misma dirección , evitando cimbronazos de un lado a otro". Quedó claro que no habrá grandes variaciones en la política económica. Pero ... ¿a quién pretende sentar en la mesa de los convidados, a quien refirió genéricamente como "empresarios y trabajadores, junto con el Estado?".
El discurso de Cristina Fernández es tan polisémico como un texto fundacional permite y es de esperar que acote en el correr de la campaña. Tuvo críticas muy selectas, muy elípticas, muy poco altisonantes.
También tuvo una ausencia: no hubo referencias a la complementación de la fórmula que encabezará, ni a la concertación plural que alumbró el kirchnerismo, ni al peronismo, ni al más nuevo Frente para la Victoria.
Y hubo una fuerte referencia a lo realizado por este gobierno, del cual Cristina es parte y pretende seguir siéndolo aunque desde un sillón más visible que la mesa chica de la Casa Rosada.