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3 de diciembre de 2024
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Por el titular de Confederaciones Rurales Argentinas, Benito Legeren
La voracidad fiscal no es buena compañía para el campo
El dirigente agropecuario advirtió que la mayor presión tributaria sobre el campo puede trabar el crecimiento, y alerta sobre los efectos nocivos de cambiar las reglas de juego en materia tributaria
10 de julio de 2004
La aplicación de políticas que tiendan a frenar el crecimiento del campo repercutirá en todos los ámbitos de la economía nacional.

Una vez más, el sector agroindustrial está consolidado como factor decisivo para sostener los principales índices socioeconómicos del país.

En este contexto, con el sector agropecuario colaborando decididamente para fortalecer la economía, consideramos inapropiado frenar ese avance con más presión impositiva, que como todos sabemos desalienta la inversión, desacelera el desarrollo y alienta la evasión.

Frente a la necesidad de realizar una fuerte reestructuración tributaria, reconocido esto inclusive por el propio Gobierno, es preciso mantener latente la fuerza del campo.

La misma fuerza que nos permitió sostener los planes de ayuda social, a través del aporte de las retenciones; ha motorizado la economía con el crecimiento de las exportaciones y la generación de empleo; ha provocado un claro cambio de ánimo y alentado esperanzas en la población, especialmente en el interior del país.

La inestabilidad tributaria genera incertidumbre y si a esto se le suman otros condimentos, como la ausencia de préstamos a tasas lógicas, las posibilidad de mejorar la producción en cantidad y calidad enfrenta una limitación importante.

Así y todo, el campo sigue trabajando para llegar a corto plazo a las 100 millones de toneladas de granos.

Sin perder la vocación de diálogo, desde Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) rechazamos toda iniciativa que apunten a cambiar, una vez más, la reglas del juego fiscal incrementando la presión tributaria, más aún en plena cosecha.

Y reclamamos una actitud más firme para alentar el desarrollo de un sector decisivamente importante para el futuro de nuestro país.

Por lo expuesto, estamos en desacuerdo con el proyecto de la AFIP de modificar la alícuota del régimen de retención del Impuesto a las Ganancias para el comercio de granos, elevando la tasa de retención en la venta de granos, porque se sigue aumentando la presión fiscal al sector, restándole recursos y castigando siempre al que cumple con sus obligaciones fiscales.