Rodolfo C. Rossi
La inflación y la deuda externa argentina
20 de agosto de 2008
La deuda pública nacional totalizó US$ 144.729 millones en 2007, representando 56,1 % del PIB, con una caída durante el año del 7,8 %. Sin embargo en términos nominales subió US$ 8.003 millones (5,9 %) en relación con el saldo de fines de 2006.
El incremento se explicó, principalmente, por el aumento del Coeficiente de Estabilización de referencia (CER: US$ 4.580 millones), la consolidación de deudas (US$ 1.104 millones) y la capitalización de intereses (US$ 1.088 millones).
En la composición por moneda, los pasivos denominados en Pesos, eran el 46,9 %; en Dólares 40,70 %; en Euros 10,20 %; en otras monedas el 2,20 %, del total.
A su vez, dentro del 46,90 %, de la deuda en Pesos, el equivalente a US$ 36.356 millones, está indexada al CER (Coeficiente de Estabilización de Referencia), índice similar al actual IPC (Índice de Precios al Consumidor).
Es de estimar que en el año 2008, con una posible variación anual en el IPC del 9,3 %, el ajuste de la deuda externa, sea equivalente a US$ 3.381 millones. De haberse sincerado a nivel de ajuste inflacionario real (precios implícitos para la confección del PIB anual = 20 %, por ejemplo), el mayor pasivo externo público nacional, solamente por ese concepto, superaría en el 2008, los US$ 7.271 millones.
Es interesante observar, que en el “manipuleo del IPC” el Gobierno Nacional, se ha auto impuesto que la inflación oficial no debería no debería superar, en mucho, el crecimiento del PIB a precios constantes (estimación 7,4 %) para evitar que el stock entre la relación de la deuda pública y el nivel del PIB, no supere el 56,1 %, registrado en el 2007.
Parecería que con el “manipuleo” del IPC (actualmente no sirve de referencia para cálculo real alguno), el Estado Argentino se estaría ahorrando el verdadero ajuste de capital, cercano al equivalente, a los US$ 4.000 millones en el año, pero ello, coadyuva al descrédito (exacta terminología) tanto interno, como externo. La pretensión hegemónica de su imposición, a los acreedores externos, incluso, es ingenua.
Al respecto, y en un concepto creativo, el IPC debería haber excluido en su metodología, la incidencia de la inflación internacional, en la valorización de los precios internos. Ello hubiera tenido una cierta relevancia, en defensa de un ajuste, más reducido.
Mientras tanto, lo real y predominante, es que el valor actual de los Bonos Argentinos (por ejemplo, PARP $ Ley Argentina) tiene un valor de paridad del 22,33 %, casi similar a la que el mercado asigna a los Bonos, que el país mantiene impagos (Canje Reestructuración Deuda 2005 //” holdouts”) (Valor original US$ 23.381 millones) y excluidos del endeudamiento registrado (Ley Nº 26.017).
Es probable que la estrategia económica, de mejora de paridad de los Bonos Argentinos con la adquisición en el mercado local, por parte de la banca pública, podría haber sido mejorada, con el rescate negociado, con los “holdouts”, disminuyendo la severa presión de sus titulares, desde siempre, existente.
Finalmente, las autoridades públicas deben de ser contestes, que al bajar el valor de cotización de los títulos, su repercusión, es la suba de su rendimiento (tasa de interés), con su efecto alcista, en todas las tasas de interés, acorde al “riesgo argentino” incrementado.
En estas condiciones, es ingenuo evaluar una reducción de la tasa de interés doméstica, necesaria para incrementar las inversiones productivas y reducir los costos nacionales.