En una medida que permitirá elevar la recaudación en unos 5.000 millones de pesos por año pero que agravó el enfrentamiento con el campo, el Gobierno decidió hoy aumentar entre 5 y 8 puntos porcentuales las retenciones a las exportaciones de maíz, trigo, soja y derivados.

La medida, que desde hace días venía evaluando el Gobierno, fue anunciada por el jefe de Gabinete, Alberto Fernández; el ministro de Economía, Miguel Peirano; y el secretario de Agricultura, Javier De Urquiza, y cosechó un sinfín de críticas de
entidades rurales.

La Sociedad Rural Argentina dijo que la medida es "innecesaria, inoportuna y contraproducente", Confederaciones Rurales señaló que demuestra la "avaricia recaudatoria" del Gobierno y para la Federación Agraria impactará "en los que menos tienen".

Es que, para los productores, la resolución afectará el sector agrícola, no evitará subas en los precios de los alimentos en el mercado local y sólo le dará más oxígeno a las cuentas públicas.

De esta manera, el Gobierno podrá equilibrar el aumento en el gasto y dejará un panorama más alivianado para la presidenta electa Cristina Fernández cuando asuma el 10 de diciembre.

Por el contrario, para el Gobierno la suba apunta fundamentalmente a evitar que el constante incremento en los precios internacionales de las materias primas --que alcanzan niveles históricos-- no impacte en los valores de los alimentos.

Los aumentos en las retenciones varían de acuerdo con el producto que se trate: en el caso del trigo aumentó de 20 a 28 por ciento; el maíz de 20 a 25; en el de la soja de 27,5 a 35 por ciento, y en el caso del aceite de 8 a 10.

La semilla de girasol tipo confitería tributará un derecho de exportación del 10 por ciento, mientras que la descascarada un 5 por ciento.

En tanto que el maíz pisingallo tendrá un gravamen del 5 por ciento, y los productos que contengan aceite de soja tributarán un 32 por ciento.

"Las medidas van a generar estabilidad de precios, crecimiento de las inversiones y fortaleza de la economía", destacó Peirano, y dijo que las subas buscan "lograr un equilibrio" entre los mercados interno y externo.

Confirmó, además, que este aumento será de aplicación inmediata, una vez que se publique la medida en el Boletín Oficial, y anunció la apertura del registro de exportaciones de trigo, cerrado desde marzo, y el de soja, involucrado en una
medida similar sólo desde este martes.

Según el ministro, el aumento en las retenciones se adoptó "preservando niveles de rentabilidad agrícola adecuada" y para garantizar la "estabilidad en los precios del mercado interno, priorizando a los pequeños y medianos productores".

Peirano añadió que la medida en materia de retenciones permitirá "evitar que la suba de precios internacionales tenga impacto en los valores internos" y añadió que los fondos se orientarán a las políticas de desarrollo rural para favorecer a las pequeñas y medianas producciones.

Consultado sobre el impacto de la medida en la recaudación, Peirano indicó que "la magnitud dependerá de la variación de los precios internacionales" y estimó que "la economía en 2007 tendrá un superávit fiscal superior al 3 por ciento".

Por su parte, Fernández destacó que el ajuste permitirá equilibrar "el nivel de precios internos, para que los argentinos no paguemos la bonanza que los valores
internacionales están permitiendo sobre estos productos".

Dijo que la medida apunta a que "quien produce en pesos y vende en dólares coparticipe las utilidades y que los precios internacionales no afecten el mercado interno".

Néstor Roulet, vicepresidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), calificó de "avaricia recaudativa" esta suba en las retenciones y estimó que le permitirá aumentar en 5.000 millones de pesos la recaudación anual.

"La concepción es que el gasto aumentó un 40 por ciento, 1 por ciento del PBI. No quieren sólo mejorar las cuentas sino tener más posibilidad de gasto público", señaló Roulet.