En medio de la revuelta, se enfrentaron familiares y la policía
5 de noviembre de 2007
Familiares de los presos se enfrentaron a la policía, que respondió a la protesta con balas de goma y gases lacrimógenos. Las fuerzas policiales colocaron un vallado en la intersección de las Avenidas Alsina y Santa Fe y los familiares, que pedían información sobre la situación de los detenidos, intentaron derribarla y se enfrentaron a los agentes arrojándoles piedras.
Según informes forenses preliminares, todos los decesos fueron provocados por asfixia o quemaduras graves.
Muchos de los muertos fueron encontrados en el baño del pabellón con pañuelos o trapos mojados improvisados como máscaras contra los gases tóxicos de la combustión.
El hospital regional Ramón Carrillo atendió además a once reclusos y cuatro carceleros con principio de asfixia o quemaduras, y a una media docena de familiares de las víctimas con crisis nerviosas.
Unos doscientos familiares de los presos se congregaron en las inmediaciones del penal procurando información sobre la suerte de sus parientes detenidos, y decenas de ellos participaron en tres escaramuzas con las fuerzas de seguridad, que llegaron a usar gases lacrimógenos y balas de goma para dispersarlos.
El secretario de Derechos Humanos de la Diócesis de Santiago del Estero, presbítero Sergio Lamberti, intentó organizar un intercambio de información entre reclusos y familiares a través de un megáfono.
Apostado sobre uno de los muros de la cárcel, el sacerdote reproducía por el aparato los nombres que le daban los familiares y desde adentro del penal los reclusos informaban qué sabían de ellos.
"Se están haciendo las autopsias y los cadáveres serán entregados en pocas horas a las familias", dijo el ministro provincial de Justicia, Ricardo Daives.