Más de 100 presos alojados en tres pabellones de la cárcel de varones de Santiago del Estero que realizaron esta mañana una nueva quema de frazadas en reclamo de mejoras en las condiciones de alojamiento, fueron controlados mientras un juez pretende establecer cómo ocurrió y por qué no se evitó el motín de ayer que derivó en la muerte de al menos 33 internos.

Los presos de los pabellones 3, 5 y 6 fueron llevados al patio central del penal y la policía tomó el control de la unidad luego de los incidentes registrados a lo largo de la jornada, tras el motín e incendio en el que murieron.

Los efectivos policiales, en tanto, reprimieron a los reclusos con disparos de balas de goma y con chorros de agua donde al menos cuatro presos resultaron heridos y fueron sacados en ambulancia de la prisión.

Se trata de presos de los pabellones 3, 5 y 6 de la cárcel santiagueña, quienes fueron llevados en ambulancias a los hospitales Independencia y Regional de la capital provincial.

La secretaría de Derechos Humanos del Ministerio de Justicia de la Nación resolvió enviar esta tarde a la provincia Estero una comisión de funcionarios y médicos para colaborar con el gobierno provincial en la asistencia de familiares de las víctimas del motín.

La secretaría informó que la comisión está integrada por el ex secretario de Derechos Humanos de la provincia durante la intervención federal, Fernando Rinaldi, la médica emergentóloga Ana Merino, y el especialista Yago Di Nella, de la Dirección de Asistencia Directa a Personas y Grupos Vulnerables.

Además, el ministro de Justicia de Santiago del Estero, Ricardo Daives, afirmó esta mañana que se inició una investigación para determinar cuáles fueron las causas por las que se demoró la llegada de las autobombas para extinguir el incendio que se inició anoche.

El director del hospital regional confirmó que son 33 los presos muertos en el motín, 31 de los cuales ya están identificados.

La víctima número 33 falleció a las 9.15. En tanto, hay seis personas que permanecen en estado delicado.

Ayer la revuelta había estallado alrededor de las 18.30 en un pabellón del Penal de Varones, el mayor de la provincia, que alberga a 467 reclusos, la mayoría procesados sin condena, según informaron autoridades gubernamentales y judiciales.

"Se trató de un motín con intento de fuga que se originó en el pabellón 2, donde había 42 internos procesados", afirmó el director del establecimiento, Rodolfo Camaño, quien aseguró que ninguno logró fugarse.

Según informes forenses preliminares, todos los decesos fueron provocados por asfixia o quemaduras graves.

Muchos de los muertos fueron encontrados en el baño del pabellón con pañuelos o trapos mojados improvisados como máscaras contra los gases tóxicos de la combustión.