Los dos principales candidatos en las presidenciales mexicanas, el izquierdista Andrés Manuel López Obrador y el conservador Felipe Calderón, mantenían las espadas en alto este lunes sobre el resultado definitivo de los comicios, que arrojaron un histórico empate.

Las elecciones más reñidas de la historia de México se mantendrán en suspenso como mínimo hasta el miércoles, anunció el Instituto Federal Electoral (IFE), que no pudo anunciar en la noche del domingo un vencedor claro.

A pesar de que tanto el IFE como el presidente Vicente Fox pidieron paciencia a los protagonistas de los comicios, López Obrador y Calderón no dudaron en proclamarse vencedores, mientras avanzaba lentamente el conteo preliminar de los votos.

La presión se acentuaba sobre todo en López Obrador, de 52 años, candidato de la coalición de izquierda Por el Bien de Todos, que estaba ligeramente por debajo de Calderón, del oficialista Partido Acción Nacional (PAN).

Calderón tenía a las 11h00 del lunes (16h00 GMT) el 36,37% de los votos, por un 35,40% para López Obrador, según un programa de resultados preliminares (PREP) del IFE, que se actualizaba en directo en el sitio internet de la autoridad electoral.

El PREP se iba a interrumpir a las 20h00 de este lunes (01h00 GMT del martes), para pasar a los resultados definitivos, lista por lista, en los 300 distritos del país el miércoles.

"Voto tras voto, hoy le puedo asegurar a todos los mexicanos que gané las elecciones", dijo Calderón, de 43 años, en entrevista con la emisora Televisa.

"No podemos reconocer estos resultados, porque entre otras cosas, el propio presidente del IFE está diciendo que se van a revisar las actas", replicó López Obrador en la emisora.

Esa diferencia mínima, que podría ser de 300.000 votos, ya es "insuperable", dijo Calderón.

"Empezó el PREP con siete puntos a favor de Calderón, y luego se fue cerrando" hasta la mínima ventaja actual, recordó López Obrador.

El candidato de izquierda no descartó un conteo voto por voto, lo que prolongaría la incertidumbre durante días.

López Obrador, un político curtido en las calles y que ya se batió en 1994 tras perder la gobernación de su estado natal, Tabasco (sureste), pidió a sus simpatizantes "mantenerse atentos" a la recopilación de datos.