No expresarse durante una discusión puede provocar trastornos cardíacos. Afecta especialmente a las mujeres. Se comprobó en un estudio que duró 10 años
Una prolongada investigación, que se extendió desde mediados de la década del 80 a mediados de la del 90, mostró que las peleas de pareja no sólo afectan a la relación afectiva sino a la salud de sus miembros.
Según esos resultados, las mujeres casadas que guardan silencio durante una pelea conyugal tienen mayores chances de morir de un ataque cardíaco y otros trastornos que las que dicen todo lo que piensan.
Sin embargo, no puede decirse lo mismo de los hombres casados que se callan durante una discusión marital, que tienen idéntica expectativa de vida que los que hablan.
La principal autora de este estudio, la especialista en Epidemiología Elaine Eaker, de Gaithersburg, Maryland, indicó que el mensaje para las mujeres es claro: "Cuando una mujer tiene un conflicto con su cónyuge, el hecho de expresar lo que siente ayuda".
Este estudio, publicado en Internet por "Psychosomatic Medicine", se fijó como meta analizar la relación entre el stress conyugal y las enfermedades coronarias o la muerte. Se les preguntó a 3.000 hombres y mujeres por qué temas peleaban y si trasladaban al hogar los problemas de trabajo.
En líneas generales, el matrimonio mejora la salud, en especial la de los hombres: los casados viven siete años más que los solteros. En el caso de las mujeres, las casadas viven dos años más. Como grupo en general, el de los casados tiene mejor salud mental que los que nunca se casaron.
Sin embargo, cuando se compara a las parejas felices con las desdichadas, el impacto del matrimonio en la salud tiene más matices. Los estudios relacionan a las desavenencias conyugales con un mayor riesgo de infartos periódicos en las mujeres de entre 30 y 65.