El "Diez" será, de modo involuntario, partícipe de un filme sobre el conflicto entre árabes y palestinos que ya es criticado por cómo trata el tema de los ataques suicidas
A comienzos de 2008, Diego Armando Maradona volverá a estar en boca de muchos. Pero esta vez no será por su salud ni por el recuerdo de su magia futbolística, sino porque su nombre volverá a estar inscripto en el título de una película que pinta para la polémica.
En verdad el filme poco tiene que ver con el “Diez” y sí mucho con el sempiterno conflicto entre israelíes y palestinos en Medio Oriente. Pero la película fue titulada “Shabat Shalom Maradona”, es decir “Buen Sabbath, Maradona”, debido a que su personaje protagónico es un futbolero de ley y un admirador confeso del “Diego de la gente”.
De hecho, el citado protagonista es, en realidad, un suicida palestino llamado Tarek y proveniente de la ciudad cisjordana de Tulkarem. La intención del director israelí Dror Zehavi con su película es mostrar que “detrás de los cinturones y de los suicidas y las víctimas hay personas reales, con sentimientos, motivos y miedos”.
Tarek es un joven palestino que se infiltra desde Cisjordania, territorio ocupado por Israel, con un cinturón de explosivos que pretende detonar en un bullicioso mercado al aire libre de Tel Aviv. Sin embargo, el detonador no funciona, por lo que busca la ayuda de un involuntario electricista israelí del que se acaba haciendo amigo, junto con una joven que vive en el mismo bloque de apartamentos.
La película, que muestra el costado cotidiano y humano del terrorismo palestino, promete levantar mucha polémica en Israel, donde ya han repudiado otros filmes que retratan de una manera cálida la vida de los suicidas, como “El paraíso ahora”.