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21 de noviembre de 2024
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La pesadilla de los padres de Maddie
Los McCann quedaron en el centro de las miradas tras la desaparición de su pequeña hija y la investigación policial que los terminó colocando en el lugar de la sospecha
14 de septiembre de 2007
Kate y Gerry McCann siempre tuvieron un sueño que comenzaron a concretar con el nacimiento de su primera hija: tener una familia numerosa. Sin embargo, la repentina desaparición de la niña que cautivó al mundo con sus ojos celestes, lo convirtió en una pesadilla.

Ambos se conocieron en la Western Infirmary, en Glasgow, en sus inicios en la medicina, a pesar de tener ambos 39 años y de haber estudiado en Escocia. La vida de la pareja comenzaba a transitar un mismo camino.

Sin embargo, el sendero emprendido en común comenzó a tener sus primeros problemas cuando Kate decidió viajar a Nueva Zelanda en 1996 por cuestiones laborales. Enamorado, Gerry resolvió seguirla.

Ese tiempo en Oceanía fue un duro sacrificio que puso a prueba su relación. Trabajaban muy distantes uno de otro, en diferentes ciudades. Gerry, a pesar de todo, viajaba en cuanta oportunidad tenía para unirse a su novia.

"Desde que volvieron del viaje un año después, fueron inseparables", contó al diario británico Daily Mirror la hermana del papá de Maddie, Trish Cameron.

En relación a cómo eran ellos en su infancia y adolescencia, según detalla el periódico inglés, Kate era una mujer muy estudiosa y la mejor de su clase. "Creo que las demás chicas estaban celosas de ella porque era muy buena", relató su ex compañera Susan Clarrkson.

Gerry, en tanto, se destacaba en los deportes. Hijo de un inmigrante irlandés, el padre de la pequeña de cuatro años era campeón en las categorías de 1.500 y 800 metros en las competiciones interuniversitarias.

Cardiólogo él, Kate creyó desde que comenzaron a pensar en formar una familia que no podría concretar su sueño de ser ginecóloga o anestesista. Lo que más quería, según sus allegados, era tener hijos. Sin embargo, no sabría que tendría problemas para concebir. Una vez confirmado esto, ambos comenzaron a realizar tratamientos.

Incluso, antes de que Maddie desapareciera -la niña nació el 12 de mayo de 2003 "después de un largo tiempo de haberla esperado", según Gerry- ambos estaban pensando en tener otro hijo.

"Hablaban sobre tener otro niño", reveló el abuelo de la niña de ojos azules que conmueve al mundo con su mirada. "Pero eso fue antes de que Maddie desapareciera", se resignó Brian, el padre de Kate.

Según Brian, "los chicos son la cosa más importante en la vida" de su hija y Gerry. "Ahora sólo quieren a Madeleine de vuelta y no piensan en ninguna otra cosa", dijo al diario Daily Mirror.