Lo dispuso la ministra Nilda Garré. Hasta ahora, las parejas consolidadas entre militares de distinto rango podían sufrir hasta la expulsión de las Fuerzas Armadas
La ministra de Defensa, Nilda Garré, instruyó a los jefes de la Armada y de la Fuerza Aérea para que deroguen toda normativa que impida el matrimonio entre personal militar de diferentes categorías y evitar sanciones por esta causa.
El Ejército ya había dado un paso en este sentido, al modificar en abril de 2006 su reglamento y establecer que "no existen impedimentos para que el personal militar pueda solicitar autorización y contraer matrimonio entre personal de distintas categorías".
La prohibición del matrimonio en esos casos obligaba a pedir la baja o el retiro a uno de los miembros de la pareja. Solía hacerlo generalmente el de menor jerarquía.
Y no había opción: si se persistía en el casamiento, se caía en desobediencia, un delito contra la disciplina encuadrado en el artículo 681 del vetusto pero aún vigente Código de Justicia Militar, que reprime con destitución, suspensión o remoción al militar que contrajere matrimonio contrariando las leyes orgánicas o los reglamentos.
Sin embargo, un oficial del Ejército consultado por Clarín aseguró que, en la práctica, la situación respecto de los matrimonios en los últimos años "se flexibilizó mucho".
El matrimonio entre distintas categorías, dijo, presentaba problemas para la rígida estructura castrense marcada por las jerarquías: "Qué pasaba con un cónyugue suboficial en una fiesta en el casino de oficiales, o la vida en un barrio militar, que son para oficiales o suboficiales. Ahora, para el protocolo, el cónyugue es esposa o esposo, más allá de su grado militar". También destacó que los criterios han cambiado y, como ejemplo, "un divorcio ya no es un problema para la carrera de un militar como ocurría tiempo atrás".