En Módena, la ciudad natal de Luciano Pavarotti, quien falleció el jueves por un cáncer de páncreas, se realizan los funerales del tenor, con múltiples muestras de afecto.

Minutos antes del inicio del oficio fúnebre tocaron las campanas de la catedral, mientras miles de ciudadanos se agolpaban en la plaza Mayor para seguir la ceremonia a través de una pantalla gigante.

Ante el altar se sitúa el féretro cerrado de madera clara de arce con los restos del tenor y con un gran ramo de flores, entre ellas girasoles, colocado sobre la tapa.

A los funerales presididos por el arzobispo de Módena, Benito Cocchi, y concelebrados por 18 sacerdotes, asisten en las filas cercanas al féretro la viuda del tenor, Nicoletta Mantovani, la hermana de Pavarotti, Gabriella, y las tres hijas mayores del primer matrimonio.

También acudieron el presidente del gobierno de Italia, Romano Prodi, acompañado por varios ministros y el ex secretario general de la ONU Kofi Annan, entre otros.

La ceremonia religiosa fue introducida por el Ave María interpretado por la soprano de origen búlgara y gran amiga de Pavarotti Raina Kavaivanska, que se mostró muy emocionada.