La última película de la protagonista de "Miss Simpatía" se las ingenia para superar sus propias debilidades y conformar una propuesta entretenida e inquietante
Por Sebastián Martínez
Vayamos directamente al grano. Un día, una mujer despierta en su casa de los suburbios, lleva a sus hijas al colegio y, cuando regresa, escucha en el contestador un mensaje de su marido: “Lo que dije ayer frente a las chicas, lo dije en serio”, le explica. El primer problema es que Linda no recuerda que su esposo le haya dicho nada significativo la noche anterior. El segundo problema es que, algunas horas después, un policía toca a su puerta y le dice que su marido murió en un accidente.
Estos dos elementos (intriga y drama) ya supondrían todo un conflicto en cualquier película normal. Pero en “Premonición”, protagonizada por Sandra Bullock, las cosas se ponen mucho peor apenas unos minutos después.
Tras asumir el primer impacto por la muerte de su pareja, de llamar a su madre, de contarle la terrible verdad a sus hijas, de llorar desconsolada, Linda se va a dormir. Cuando despierta, al día siguiente, su marido no sólo está desayunando en el comedor, sino que nadie parece recordar nada de lo ocurrido.
No vamos a contar mucho más sobre el argumento de este filme a medio camino entre el thriller y el terror. Apenas esbozaremos una idea. La protagonista de “Premonición” deberá atravesar una semana en la que ninguna de las consecuencias coincide con las causas, y en la que la confusión irá cediendo lentamente al entendimiento, para desembocar en momento crítico en la vida de sus personajes. ¿No se entiende? Es que para entenderlo cabalmente, hay que ver la película.
También diremos que la potencia de la idea que sostiene el filme, la interpretación de una cada vez más solvente Sandra Bullock y algunos hallazgos en la dirección del alemán Mennan Yapo salvan a esta obra de sus propios defectos y termina entregando al espectador un producto mucho más que aceptable.
¿Cuáles son los defectos? Enumeremos algunos. Primero: el guión es de un conservadurismo moral que sólo puede arraigar en los sectores más tradicionales de los Estados Unidos. Segundo: la música, algunos efectos especiales y, en gran medida, los diálogos caen en reiterados lugares comunes. Tercero: el guión, constreñido por la idea que rige toda la película, se apresura en resolver algunas subtramas.
¿Por qué, pese a todo esto, “Premonición” sigue siendo una buena película? Primero, porque el director se ha tomado su tiempo para mostrar la vida de Linda y su familia de un modo tan natural, que termina convenciéndonos de la honradez del filme. Segundo, porque el nudo central de la trama, aquello que transporta a Sandra Bullock a través de una semana enloquecedora, es irresistible. Y, tercero, porque la propia actriz vuelve a encontrar el tono exacto para interpretar a Linda, tanto cuando está asustada, como cuando está enamorada, como cuando está enojada, etc., etc.
Por todo eso, cuando nos quisimos dar cuenta, entre la actriz y el director se las han ingeniado para que dejemos de fijarnos en los detalles irritantes del guión, en la obviedad de la música y en los flash-backs previsiblemente sobreexpuestos.
Así, llega un momento en que nos descubrimos entregados a nuestras butacas con una sola preocupación: qué será de la vida de Linda y su familia. Algunos, despectivamente, llaman “oficio” a esta habilidad de atrapar al espectador. Otros, en cambio, creen que lograrlo es una de las cosas más difíciles de lograr en una película.