3 de diciembre de 2024
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"Súper sopa", creada para luchar contra la desnutrición
Fue desarrollada en la Universidad Nacional de Quilmes. Cada lata de 4 kilos cuesta 14 pesos, rinde 50 porciones y es altamente nutritiva
22 de agosto de 2007
Con dos partes de agua caliente se prepara cada porción: una lata de 4 kilos rinde para 50 personas y cuesta $14, es decir, $0,28 la unidad. Está hecha a base de vegetales, carne con grasa, arroz y condimentos.
"Es un producto de un área académica de la carrera de ingeniería de alimentos", dijo a Infobae.com el Prof. Israel Mahler, asesor técnico en el rectorado de esa casa de estudios y ex titular de la Unión Industrial Argentina (UIA).
La planta piloto donde se elabora se construyó a partir de la cesión por parte de la Provincia de Buenos Aires, en 2002, de un conjunto de máquinas que estaban prácticamente abandonadas en el Mercado Central, destinadas a la producción de una sopa a partir de vegetales desechados.
"Pretendían imitar algo que se hacía en San Pablo, pero no se llevó a cabo y parte de esas máquinas las cedieron a la UNQ en comodato. Abordamos en aquel entonces una obra civil muy importante (en el predio universitario ubicado en Bernal) y la inclusión de las restantes maquinarias y equipos necesarios para producir un alimento concentrado nuestro", relató Mahler.
Así las cosas, lo que era la usina generadora y transformadora de energía de la planta se transformó en lo que hoy es la planta de Súper Sopa. "Fue muy complejo y costoso" -recordó Mahler- especialmente encargado de que todas las instalaciones se ajustaran a las más estrictas normas de higiene y bromatología.
"Fue una inversión cercana al millón de pesos, destinados a la elaboración de la sopa concentrada, su envasado en lata hermética y su esterilización en autoclave (es un equipo). Optamos por un envase de 4 kilos con el cual se pueden preparar 50 raciones de una sopa que contiene abundantes nutrientes sin un importante valor energético en calorías", aseguró.
Muchos recordarán que a fines de los 90, cuando asomaba la grave crisis que estalló en diciembre de 2001 -donde afloró el problema de la desnutrición-, existió un proyecto impulsado por Hilda "Chiche" Duhalde con el nombre "Súper Sopa". Pero nunca se llevó a cabo. La que se convirtió en realidad está desligada por completo de aquella iniciativa. La actual es un desarrollo académico cuyo fin es el de la ayuda social.
La Súper Sopa no es un alimento único sino que es un excelente complemento de otro alimento. Mahler recomendó "tomar esta sopa y luego comer algo" y advirtió que "no es una crema, como estamos acostumbrados, sino lo más parecido a una buena sopa casera donde se distinguen los ingredientes".
Lo que es fundamental es el destino, que no es comercial -se vende al costo, para reposición de la materia prima y el mantenimiento de la planta-: "La Súper Sopa debe ser destinada a función social y nos reservamos el derecho a verificar el uso que se le da a esto. Esto ha tenido tan buena respuesta que son muchísimas las personas, empresas, ONG –inclusive Caritas- que vienen a buscar esta sopa para sus comedores".
"Creo que el gran mérito es aplicar el conocimiento en función de lo social. Lógicamente nos cuesta mantener la planta y en realidad, estamos con una ecuación de resultado cero pero que nos satisface desde el punto de vista de poder continuar trabajando", comentó.
Quien dirige esto es un docente de la UNQ, que fue director de la carrera de Ingeniería en Alimentos, el Ing. Juan Segura, y se desempeñan en la planta estudiantes que realizan pasantías prácticas rentadas y no rentadas.
La Súper Sopa ya cruzó las fronteras. Por medio de una ONG argentina, se hizo un envío para la Arquidiócesis de Colonia (Uruguay). "Posteriormente, el Arzobispado de Buenos Aires, nos solicitó un contenedor completo con Súper Sopa que envió a Mozambique, África, en un programa de asistencia y beneficencia", contó el especialista.
"Estamos en condiciones de transferir este conocimiento", aseguró Mahler. La planta tiene una capacidad para producir entre 300 y 500 latas diarias, es decir 1.200 kilos de Súper Sopa o bien, 18 mil porciones. La reserva que mantiene la planta son 10 mil latas.
"Lo interesante de este alimento es que puede permanecer cerrado en lata dos o tres años y no se pierde el contenido, dado el proceso de producción y esterilización. Tenemos dos cámaras frigoríficas, una para carnes y otra para el mantenimiento de vegetales", dijo.
Las perspectivas futuras son muchas. La UNQ desarrolló también un locro –siempre en alimentos concentrados, enlatados y esterilizados- y un guiso, ambos solubles. Lo mejor: lo "súper" de esta sopa no está sólo en sus propiedades nutricionales, sino en el destino que se le da.
"Es un producto de un área académica de la carrera de ingeniería de alimentos", dijo a Infobae.com el Prof. Israel Mahler, asesor técnico en el rectorado de esa casa de estudios y ex titular de la Unión Industrial Argentina (UIA).
La planta piloto donde se elabora se construyó a partir de la cesión por parte de la Provincia de Buenos Aires, en 2002, de un conjunto de máquinas que estaban prácticamente abandonadas en el Mercado Central, destinadas a la producción de una sopa a partir de vegetales desechados.
"Pretendían imitar algo que se hacía en San Pablo, pero no se llevó a cabo y parte de esas máquinas las cedieron a la UNQ en comodato. Abordamos en aquel entonces una obra civil muy importante (en el predio universitario ubicado en Bernal) y la inclusión de las restantes maquinarias y equipos necesarios para producir un alimento concentrado nuestro", relató Mahler.
Así las cosas, lo que era la usina generadora y transformadora de energía de la planta se transformó en lo que hoy es la planta de Súper Sopa. "Fue muy complejo y costoso" -recordó Mahler- especialmente encargado de que todas las instalaciones se ajustaran a las más estrictas normas de higiene y bromatología.
"Fue una inversión cercana al millón de pesos, destinados a la elaboración de la sopa concentrada, su envasado en lata hermética y su esterilización en autoclave (es un equipo). Optamos por un envase de 4 kilos con el cual se pueden preparar 50 raciones de una sopa que contiene abundantes nutrientes sin un importante valor energético en calorías", aseguró.
Muchos recordarán que a fines de los 90, cuando asomaba la grave crisis que estalló en diciembre de 2001 -donde afloró el problema de la desnutrición-, existió un proyecto impulsado por Hilda "Chiche" Duhalde con el nombre "Súper Sopa". Pero nunca se llevó a cabo. La que se convirtió en realidad está desligada por completo de aquella iniciativa. La actual es un desarrollo académico cuyo fin es el de la ayuda social.
La Súper Sopa no es un alimento único sino que es un excelente complemento de otro alimento. Mahler recomendó "tomar esta sopa y luego comer algo" y advirtió que "no es una crema, como estamos acostumbrados, sino lo más parecido a una buena sopa casera donde se distinguen los ingredientes".
Lo que es fundamental es el destino, que no es comercial -se vende al costo, para reposición de la materia prima y el mantenimiento de la planta-: "La Súper Sopa debe ser destinada a función social y nos reservamos el derecho a verificar el uso que se le da a esto. Esto ha tenido tan buena respuesta que son muchísimas las personas, empresas, ONG –inclusive Caritas- que vienen a buscar esta sopa para sus comedores".
"Creo que el gran mérito es aplicar el conocimiento en función de lo social. Lógicamente nos cuesta mantener la planta y en realidad, estamos con una ecuación de resultado cero pero que nos satisface desde el punto de vista de poder continuar trabajando", comentó.
Quien dirige esto es un docente de la UNQ, que fue director de la carrera de Ingeniería en Alimentos, el Ing. Juan Segura, y se desempeñan en la planta estudiantes que realizan pasantías prácticas rentadas y no rentadas.
La Súper Sopa ya cruzó las fronteras. Por medio de una ONG argentina, se hizo un envío para la Arquidiócesis de Colonia (Uruguay). "Posteriormente, el Arzobispado de Buenos Aires, nos solicitó un contenedor completo con Súper Sopa que envió a Mozambique, África, en un programa de asistencia y beneficencia", contó el especialista.
"Estamos en condiciones de transferir este conocimiento", aseguró Mahler. La planta tiene una capacidad para producir entre 300 y 500 latas diarias, es decir 1.200 kilos de Súper Sopa o bien, 18 mil porciones. La reserva que mantiene la planta son 10 mil latas.
"Lo interesante de este alimento es que puede permanecer cerrado en lata dos o tres años y no se pierde el contenido, dado el proceso de producción y esterilización. Tenemos dos cámaras frigoríficas, una para carnes y otra para el mantenimiento de vegetales", dijo.
Las perspectivas futuras son muchas. La UNQ desarrolló también un locro –siempre en alimentos concentrados, enlatados y esterilizados- y un guiso, ambos solubles. Lo mejor: lo "súper" de esta sopa no está sólo en sus propiedades nutricionales, sino en el destino que se le da.