La tierra natal del presidente Néstor Kirchner continúa en estado de tensión y convulsión, luego de que el ex ministro Daniel Varizat atropellara a 17 manifestantes mientras la primera dama encabezaba un acto proselitista.

Así, Santa Cruz vive una jornada de protesta que se inició con un paro y continuará con una marcha en repudio a la violencia ejercida por Varizat.

A las 16, fue convocada una movilización por la ciudad para pedir "respeto por la vida", mientras cinco de los heridos embestidos por Varizat siguen internados, una mujer bajo cuidados intensivos.

Los distintos sectores de la oposición y la Iglesia firmaron ayer un documento para pedir al gobierno provincial que en Santa Cruz se respete la vida, se garantice la gobernabilidad, haya una justicia libre del poder político y que Varizat quede en una cárcel común.

En este contexto, el obispo de Río Gallegos, Juan Carlos Romanín, volvió a ocupar un rol central en las críticas al gobierno provincial.