Alumnos y padres del colegio Mariano Acosta lograron hoy que el Gobierno porteño reanuden las obras edilicias en el establecimiento educativo y así poder retomar las clases, luego de estar cinco horas el hall de la sede de la comuna, y protagonizar un enfrentamiento con la Policía.

Los manifestantes -acompañados por dirigentes del Partido Obrero y el MST- ingresaron esta tarde a la sede del gobierno porteño para pedir que el Gobierno de Jorge Telerman se comprometa a poner un plazo para la terminación de las obras edilicias y así
poder retormar las clases en el lugar, situado en la calle Urquiza 277, en el barrio porteño de Balvanera.

Pero el avance de los alumnos en las dependencias gubernamentales fue bloqueados por la Policía Federal, que no los dejó subir a los pisos superiores del edificio -donde se encuentra el despacho de Telerman-, lo que generó los primeros roces entre
manifestantes y uniformados.

No obstante, una comisión de estudiantes y de padres logró reunirse con funcionarios de la comuna y allí el Gobierno porteño se comprometió oralmente a realizar de inmediato las reparaciones edilicias más urgentes y seguir durante el verano con las restantes.

La segunda parte del compromiso excede a la actual gestión, que se retirará el 10 de diciembre para dejar el poder en manos del jefe de Gobierno porteño electo, Mauricio Macri.

Finalmente la comuna puso un plazo de 20 días -el 17 de septiembre- para el reinicio de las clases, luego que se dispusiera el retiro por parte de la empresa que había comenzado con la obra, pero que no habría cumplido los tiempos establecidos.

La oferta oficial incluye la inmediata reparación del sistema eléctrico del colegio y la colocación de "travesaños" para evitar desmoronamientos.

Los chicos estaban acompañados por algunos padres, entre los que se encontraba el dirigente del Partido Obrero y delegado del hospital de pediatría "Juan Garrahan", Gustavo Lerer, cuya hija va al primario de ese colegio, aunque él mismo aclaró que si no fuese así, "igual" se hubiese hecho presente en la protesta.

En determinado momento, cuando el principio de acuerdo estaba por aprobarse, se produjeron nuevos incidentes entre los policías que custodiaban el acceso a las escaleras y los alumnos que estaban en las primeras filas de la manifestación.

Sin embargo, autoridades del área de Seguridad aclararon que nunca se impartió la orden judicial de desalojar a los estudiantes y que no hubo ninguna denuncia contra los adolescentes de parte del Gobierno porteño.

Golpes de puño, forcejeos y hasta la apertura de un matafuegos por parte de los estudiantes hicieron que durante algunos minutos el lugar se convirtiera en un caos y se temió por que los incidentes pasaran a mayores.

Las principales reformas que deben concretarse en el Mariano Acosta tienen que ver con apuntalamientos de techos y paredes, además de mejoras en el cableado eléctrico.

Si bien hubo un acuerdo general entre funcionarios y alumnos, la protesta se extendió debido a que los estudiantes pretendían que Telerman firmase de puño y letra un compromiso escrito sobre el plan de refacciones edilicias.

"La única manera de que esta situación se descomprima es si Telerman firma la solución. Sólo en la medida en que Telerman firme ese papel, nosotros nos vamos a sentir confiados como para agarrar nuestras cosas y retirarnos", afirmó Felipe, uno de los estudiantes.

Además comentó que "si todos los compañeros quieren nos quedamos ahí, diciéndoles llamalo, llamalo, llamalo...pelado vení, pelado vení, pelado firmá".

Telerman no se hizo presente en el edificio comunal, pero firmó el acta de comrpomiso, y finalmente los alumnos se fueron del lugar luego de cinco horas de permanecer allí.

Asimismo, denunció que los estudiantes fueron golpeados "brutalmente" por los "agentes de la Policía Federal", en las instalaciones de la sede de Gobierno porteño.

En la actualidad, los alumnos del Mariano Acosta deben tomar clases en diferentes establecimientos de la ciudad y denunciaron que varios de los profesores no pueden llegar a tomar las clases, porque llegan tarde a los horas cátedras.