El drama, al que se suma la urgencia de medicinas y carpas, azota a los damnificados del terremoto en Perú. Aportes solidarios en la Argentina
La escasez de agua y alimentos, sumada a la urgencia de medicinas y carpas se convirtieron en la mayor urgencia que enfrentan los damnificados del terremoto en Perú, en momentos que el gobierno luce impotente para poder afrontar la emergencia debido a los cortes de ruta terrestre.
La escasez de agua sobre todo agudizó el drama de los miles de damnificados de las localidades de Ica, Pisco, Chincha y Cañete, que durmieron por segundo día al aire libre rodeados de los escombros de sus viviendas.
El drama tomó aires macabros debido a la sospecha de los socorristas de que bajo los escombros de las viviendas e iglesias se podrían hallar decenas de cadáveres o de supervivientes, una esperanza que aún no se desvanece.
Los bomberos luchaban contra el reloj en la iglesia San Clemente en Pisco, para buscar entre los restos de tierra de lo que alguna vez fue un templo católico a algunas de las decenas de personas que han sido reportadas como desaparecidas.
El fuerte terremoto que azotó a Perú deja más de 500 muertos hasta el momento, según Bomberos, aunque Defensa Civil calcula 437 fallecidos y teme que el balance aumente por los grandes daños causados en varias ciudades del sur, donde los equipos de rescate trabajaban este jueves en busca de sobrevivientes.
Roberto Ognio, comandante general de Bomberos, dijo a la AFP que según los reportes que recibe de la región afectada por el sismo hay entre 500 y 510 muertos.
"La cifra se elevó a entre 500 y 510 muertos y los heridos suman más de 1.600", dijo el responsable del cuerpo de bomberos.
"Los muertos son de casas caídas encima de la gente. En las calles hay muchos fallecidos", acotó el comandante.